La cantante santafesina estrena espectáculo, pero antes conversa con nosotros para contarnos como equilibra su pasión por la música y la maternidad recién estrenada de Arandú.

De chica, en su Rafaela natal quería ser como “La Sole” pero Victoria Birchner encontró su propia voz. Estudió en la Escuela de Música Popular de su ciudad, se perfeccionó en la Universidad de Rosario. Dos discos de Jorge Fandermole definieron su rumbo artístico. Cantó tango, se enamoró de la trova rosarina y se quedó en las músicas de raíz folklórica. Editó Memoria de viento y Que suene a Victoria, trabajos que muestran el esplendor de su arte. Su último disco lo grabó en la etapa final del embarazo. En pareja con Franco Luciani, al que los entendidos llaman ‘el Messi de la armónica’, son papás de Arandú. Hoy nos cuenta su experiencia como música experimentada y mamá primeriza.

¿Cómo compaginás/equilibrás ser mamá de Arandú y tu pasión por la música?

No sé si puedo usar la palabra “equilibrio” desde que soy madre (risas). Pero, seguramente como muchas mamás que tienen un trabajo a la par del de criar, estoy en constante búsqueda y aprendizaje para cada día intentar ser todo lo que soy: mamá, cantante, profe, compañera y persona con sentires, emociones y necesidades independientemente de cualquier título.

¿Cómo es salir de gira, sacar un disco con un bebé en la panza y luego un bebé tan pequeño?

Desafiante y tan agotador como hermoso. Es vivir en permanente transformación y adaptación. En mi caso fue y es fundamental no estar sola, ni en lo personal ni en lo profesional. En casa somos dos músicos y sabemos de qué se trata la profesión y cuáles son las necesidades de cada momento, así que por suerte nos entendemos muy bien para combinar la crianza con el trabajo. Y en lo profesional tengo un equipo de personas, cada una cumpliendo un rol, que hace posible que todo proceso siga su rumbo y finalmente las cosas salgan a la luz. Además de que muy seguido se convierten en niñeros y niñeras cuando se trata de alguna grabación, prueba de sonido, viajes, etc. Somos una gran familia.

¿Cuál es el desafío más grande que afrontás como mamá que hace música con un bebé pequeño?

Tratar de no perderme en el día tanto un momento dedicado enteramente a mi hijo, como otro momento dedicado por completo a mi trabajo. Aunque se trate de momentos breves, incluso algunos días solo de minutos, trato de que no llegue la hora de dormir sin haber cumplido con ese objetivo diario. No me resulta fácil y hay días en que no puedo cumplirlo, quienes criamos sabemos que cada día que comienza es una nueva aventura, y así intento vivir, aprendiendo de los errores y aciertos y cuestionando(me)lo todo.

Cuando te enteraste que estabas embarazada, ¿tuviste que renunciar a algún proyecto o solo reprogramar? ¿Por qué?

Mi embarazo transcurrió enteramente en cuarentena y fuimos muy estrictos con los cuidados, así que independientemente del bebé en camino eso ya nos obligó a readaptarnos en todo.

Yo estaba dando clases de canto de manera virtual y, si bien algunos malestares propios del embarazo me hicieron frenar más de una vez, solo necesité de la paciencia y la comprensión de mis alumnos para continuar con la actividad.

A la vez estábamos en proceso de grabación de mi disco “Que suene a victoria” y ahí fue un poco más complicado para mí. Estuve en el estudio hasta diez días antes del nacimiento de Arandú y luego de su nacimiento sentí la necesidad de frenar aunque estábamos en pleno proceso de publicación del álbum. En ese momento el trabajo y la contención de mi equipo fue más que fundamental, gracias a ellos yo frené pero no así el proyecto. Todo seguía su curso mientras yo estaba en adaptación de lactancia, lidiando con cólicos, con pocas horas de sueño y con una revolución de amor y hormonas difícil de explicar con palabras. Así fue que en marzo nació Arandú y en mayo veía la luz finalmente este disco que representa tanto para mí.

Mientras crece Arandú, ¿qué desafíos nuevos pensás que vas a tener que enfrentar?

Creo que no puedo ni quiero imaginarlo por ahora, me conformo con el desafío y lo inesperado del día a día (risas). Arandú tiene un año y medio, sé que me esperan los terribles dos, los terribles tres, el jardín, sus actividades, sus vínculos, cumpleaños, deseos, elecciones y cuántas cosas más! Y aquí estaremos para aprender los tres juntos, para ir paso a paso y acompañarnos en todo lo que somos: niño, hijo, madre, padre y músicos.

¿Qué canciones elegís cantarle? ¿Le compusiste alguna?

En casa cantamos mucho juntos, él ya empieza a copiar algunas melodías y ritmos y es tan hermoso ver cada aprendizaje! El repertorio es variado siempre dentro de la música argentina. Cantamos a los Canticuénticos, a María Elena Walsh y también autores de nuestro folklore que no son de música infantil, porque eso es lo que suena en casa, lo que mamá tiene que practicar y además lo que me gusta. Las primeras canciones que le canté fueron “Canción de cuna costera” de Linares Cardozo y “Lo que usted merece” de Jorge Fandermole.

¿Cómo te vas a organizar con Arandú cuando comiencen tus presentaciones en el café Berlín?

Para la preparación de un concierto hay muchas instancias y todas necesitan de tiempo: la búsqueda del repertorio, la práctica en casa, las entrevistas para la prensa, los ensayos y finalmente la prueba de sonido y el concierto. Los abuelos paternos de Arandú viven en Rosario y los abuelos maternos en Rafaela, así que estos son momentos donde hay mucha negociación en la pareja, donde los amigos están más presentes que nunca al igual que Caro, que es quien nos ayuda varias horas por semana con Arandú. Así que un poquito entre todos estaremos dándole y dándonos lo mejor que podamos para que este encuentro sea posible de la mejor manera. Entender que para criar con amor y respeto necesitamos ayuda fue muy sano para mí. Nada fácil, pero ¡qué hermoso se siente después cada logro!

¿Qué significa para vos ser mamá?

Principalmente una responsabilidad. Pero significa ¡tantas cosas! Revisar la propia infancia, comprender tanto de mi madre, de mis abuelas, bisabuelas y tanto más. Cuestionar mis actos y pensamientos de ayer y de hoy. Y también esperanza y alegría por criar con información, con respeto y con cariño en la búsqueda constante de un mundo mejor. En resumen: una caótica revolución de amor.

Con su propuesta de música popular latinoamericana de raíz folklórica, Victoria Birchner se presenta el domingo 25 de septiembre a las 20 h en Café Berlín – Av. San Martín 6656 – Villa Devoto. CABA. Entradas en venta en Livepass.

Avatar photo
Author

Write A Comment