

Les ofrecemos galletitas, budín y alguna fruta pero ellos lo rechazan y sonríen felices de poder comer ¡arena! Día de playa, llevamos todo lo necesario para que nuestro bebé la pase genial. Del bolso sacamos palita, balde y rastrillo para que se divierta cerquita del mar. Pero apenas lo sentamos en la arena, se llena la mano con ella y con su mejor sonrisa se la lleva a la boca. ¿Qué hacer? ¿Puede ser peligroso? ¿Le hará mal? Estas y otras preguntas pueden surgir cuando un niño pequeño cree que la arena es un manjar digno del mejor restaurant. Si uno le indica “no” su carita hará un terrible puchero. Comer arena, algo que ningún adulto haría a ellos les parece genial. “Desde el nacimiento y hasta cerca de los 18 meses, los niños exploran y conocen su mundo a través de la boca, etapa que se conoce como fase…
Mariela Seco, cordobesa, mamá de Helena y esperando a Juan Luca compartió con nosotros su buena experiencia con varios productos…
La playa es uno de los destinos que eligen la mayoría de las familias, pero qué pasa si nuestro bebé…
Nuestro bebé se nota hermoso y saludable, sin embargo la parte posterior de su cabeza se ve plana y con…
Los riesgos asociados al hábito de fumar son grandes. El cigarrillo está asociado a bajo peso al nacer, a mayor…
Es una de las decisiones más pensadas y evaluadas por cada familia. Consejos e ideas al momento de decidir el…
Son muchos los que aconsejan que llegada esta época del año es el momento ideal para que los chicos abandonen…
Algunos bebés lo aceptan y otros no. Algunas familias lo usan y otras prefieren evitarlo. Orientaciones para tener en cuenta.…
¡“La primera vez que alcé a Lauti y acaricié su cabeza debo reconocer que me dio algo de impresión. La…