La sonrisa es un indicativo muy importante para valorar el desarrollo del bebé. Te contamos cuáles son las etapas y qué juego es el que le genera más carcajadas

Si hay una situación que nos produce un efecto de ternura inmediata es ver a un bebé sonreír. Por la web circulan cientos de videos donde se ve a bebés reírse a carcajadas con una alegría que contagia. En los recién nacidos, las primeras sonrisas que no responden a estímulos externos ni sociales se producen desde el primer momento. Incluso es frecuente ver a bebés que lo hacen mientras duermen, tanto que nos preguntamos de qué se ríen. No hay una respuesta clara para esto, se cree que obedece a ciertos impulsos nerviosos y niveles de satisfacción, como haber comido y sentirse satisfechos. Entonces ¿cuándo es que sonríen de verdad como una respuesta a lo que ven y sienten? 

Dentro del desarrollo psicomotor saludable de un bebé de 0 a 3 meses, es esperable que a partir del final del primer mes de vida empiece a sonreír como respuesta a situaciones que le provocan satisfacción y bienestar, especialmente cuando está en contacto estrecho con sus papás.  Esto coincidirá con la fijación durante unos segundos de la mirada, lo que le permite orientar su cabeza hacia un lado y otro. Así como lloran cuando algo no les gusta o les duele, ya son capaces de sonreír para demostrar que están contentos y satisfechos.

La sonrisa social

Es una herramienta o habilidad que le permite comunicarse con su entorno, un instrumento instintivo que como ser social utiliza para expresar a su familia “estoy a gusto”, “me gusta tenerlos cerca”, “lo están haciendo bien”. También es una manera de atraer la atención y el cariño de los adultos.

Es importante que cuando el bebé se ríe, reciba una respuesta similar por parte del entorno. Esto le va a ayudando a retroalimentarse, a identificar su forma de accionar sobre el resto y desarrollar vínculos afectivos y emocionales sólidos.

Las cosquillas, las expresiones graciosas y exageradas son algunas de las cosas que le van a provocar la sonrisa. Entre los 2 y 4 meses empezará a descubrir placer en el hecho de sonreír y lo repetirá para conseguir el mismo efecto.

La sonrisa por reconocimiento de las expresiones

Entre los 4 y 8 meses, comienza a distinguir el significado de las sonrisas y expresiones de las otras personas. Se produce una retroalimentación: cuando el bebé sonríe, nota que también lo hacen sus papá, lo cual reforzará su conducta y lo llevará a seguir sonriendo. También descubre la risa abierta, la carcajada y decide ante quien sonreír y ante quien no.

Entre los 6 y los 12 meses el juego que más los hace reír es el cucú-tras. Colocamos entre nuestra cara y la del bebé algún tipo de prenda, como una toalla, o las propias manos, y, acto seguido, las quitamos diciendo: “¡Cucú!”. El vínculo que se produce entre el bebé y la persona que lo realiza es muy satisfactorio por lo que busca repetirlo.

La sonrisa que tiene una intención

Por último aparecen las respuestas sociales diferenciadas o con una intención cuando es capaz de llamar la atención a través de la risa para “conseguir” una reacción en el entorno. Va afinando su capacidad de entender las expresiones ajenas y de sonreír ante lo familiar y mantenerse receloso ante lo extraño. Finalmente logrará utilizar la sonrisa en entornos sociales que lo requieran, pero manteniendo una distancia. Este tipo de sonrisa se mantiene a lo largo de la vida.

Es importante remarcar que cada bebé tiene un ritmo de aprendizaje y desarrollo distinto, por lo que es muy importante no ir comparándolo con otros, ya que todos son diferentes.

Sin embargo, si tu bebé transitó más de 6 u 8 semanas desde su nacimiento y todavía no sonríe puede ser un buen momento para consultar con un profesional de la salud. 

Fuente: GAIA, espacio terapéutico

Avatar photo
Autor

Escriba un Comentario