Se trata de una infección que se contagia principalmente a través de la saliva y de ahí su nombre popular. Señales para estar alerta.

Aunque se la conoce como la “enfermedad del beso”, nada tiene de romántica. Si bien provoca fiebre, dolor, decaimiento e inflamación, no es precisamente por su relación con el romanticismo. La mononucleosis, como médicamente se conoce, es una infección que se contagia principalmente a través de la saliva, por ejemplo por un beso. De ahí su nombre popular. 

Producida en la mayoría de los casos por el virus de Ebstein-Barr, es una dolencia casi siempre benigna y que se resuelve por sí misma. Existen otros gérmenes como el citomegalovirus y el toxoplasma que también pueden ocasionar síntomas parecidos y entonces la enfermedad se denomina síndrome mononucleósico.

¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad del beso?

La mononucleosis infecciosa se transmite a través de las gotitas de saliva. Los niños pequeños, al compartir sus juguetes, cubiertos, vasos y besos, tienen una mayor probabilidad de contagiarse. La enfermedad tiene un período de incubación de cinco a siete semanas y muchas veces se camufla en un cuadro febril. Afortunadamente, no es tan contagiosa como otras infecciones, pero el virus puede contraerse solo por compartir el mismo vaso con otra persona.

En los primeros días los síntomas de la mononucleosis infecciosa se pueden confundir con una amigdalitis aguda; es decir, con anginas, dado que se presenta con fiebre, dolor de garganta y exudados amigdalares.

Hay que tener en cuenta que la enfermedad del beso se produce por un virus, por lo que no mejora con tratamiento con antibióticos. De hecho, tiene la peculiaridad de que al tratarla con amoxicilina, pensando que es una amigdalitis bacteriana, en ocasiones aparecen unas manchas rojizas en la piel llamadas exantemas.

Otros síntomas que se pueden presentar son:

  • Cansancio, también conocido como astenia.
  • Falta de apetito.
  • Inflamación del hígado, hepatomegalia.
  • Inflamación del bazo, esplenomegalia.
  • Inflamación de los ganglios, adenopatías.

¿Qué hacer?

Para abordar el tratamiento de la mononucleosis infecciosa es necesario explicar que el abordaje terapéutico es sintomático, es decir, se tratan los síntomas que presenta el paciente. Si tiene fiebre y malestar se administra paracetamol. Si el agotamiento que presenta es muy llamativo, el niño deberá guardar reposo domiciliario y no se deberá forzarlo a comer, aunque se le ofrecerán líquidos de forma frecuente.

Si en algún momento muestra mal estado general, dolor abdominal intenso, vómitos persistentes o aparecen manchas rojas por la piel, se deberá acudir a la consulta con el pediatra para valorar la situación.

¿Puede volver a aparecer la infección?

La mononucleosis infecciosa por el virus de Ebstein-Barr deja huella en la sangre para siempre en forma de anticuerpos, como ocurre con la varicela. Pero dado que son varios los gérmenes que pueden producir cuadros similares, puede suceder que el niño presente en más de una ocasión algún síndrome mononucleósico, aunque una vez pasada la enfermedad del beso, el organismo genera anticuerpos para hacer frente a dicho virus y protegerlo de una nueva infección.

Para evitar los contagios, los especialistas indican que lavarse las manos con frecuencia. Esa es la mejor forma de evitar su transmisión, tal y como ocurre la mayoría de las enfermedades infecciosas.

Aunque se puede pasar de adultos, lo más común es que la enfermedad del beso se tenga en la infancia. No obstante, si un niño tiene contacto directo con algún adulto que esté cursando esta dolencia, entonces sí podría transmitirla.

Entre los niños más pequeños la mononucleosis infecciosa puede pasar desapercibida debido a que suele presentarse con pocos síntomas. En cambio, los adolescentes y adultos en general presentan todos las señales, sobre todo suelen encontrarse muy afectados tanto por la fiebre como por el cansancio que muchas veces persiste varias semanas. 

Fuente: Hospital Manises, Valencia, España y portal Mediquo

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