Durante el embarazo y el parto esta afección puede causar complicaciones, pero se domina con una dieta adecuada y actividad física

La diabetes gestacional se caracteriza por la elevación de los valores de glucosa en sangre que aparecen por primera vez durante el embarazo, es decir, surgen en mujeres que presentaban valores considerados normales antes de quedar embarazadas. 

Esta alteración va en aumento y se diagnostica con mayor frecuencia. Según un informe de la Sociedad Argentina de Diabetes, el 9,8 % de las embarazadas presenta diabetes gestacional. Por lo general, aparece en la segunda mitad del período gestacional y algunas mujeres tienen más riesgo de desarrollarla.

Uno de los principales factores de riesgo es el antecedente de haber presentado diabetes gestacional en un embarazo previo, ya que se da una elevada tasa de recurrencia. Otros factores de riesgo son la edad, particularmente a partir de los 30 años, el sobrepeso u obesidad pregestacional y los antecedentes familiares.

Un dato optimista para tener en cuenta es que, para la gran mayoría, los valores de glucemia se normalizan después del parto.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico puede realizarse en pruebas rutinarias durante el control prenatal. Hay un examen específico que consiste en la obtención de muestras de sangre en ayunas y después de ingerir una cierta cantidad de glucosa diluida en agua. Según los valores obtenidos se podrá diagnosticar o descartar esta patología. Esta prueba se suele realizar una sola vez en el embarazo, entre las 24 y 28 semanas de gestación pero también, de acuerdo al criterio médico, puede ordenarse algunas semanas antes o después e incluso, si los antecedentes lo justifican, puede hacerse más de una vez.

¿Qué complicaciones puede traer la diabetes gestacional?

Si no se controla adecuadamente durante el embarazo los valores de glucosa en sangre del bebé, también se elevarán y, como consecuencia, aumentará mucho de peso. Esto acrecienta las posibilidades de complicaciones durante el parto, tanto para la mamá como para el bebé, e inclusive, si el peso es muy elevado, intensifica las probabilidades de requerir una cesárea. 

Por otra parte, las embarazadas con diabetes gestacional presentan más riesgo de desarrollar hipertensión y preeclampsia, un trastorno que se caracteriza no solo por elevación de la presión arterial, sino también por la pérdida de proteínas y edemas. En algunos casos, la preeclampsia puede tener una evolución severa que obliga a finalizar el embarazo antes del término. 

Otra complicación posible, si la madre no ha controlado su diabetes durante el embarazo, es el descenso brusco de los valores de glucosa en sangre del bebé después de su nacimiento, lo que puede generar que desarrolle hipoglucemia en las primeras horas de vida. Por eso es importante controlar los niveles de azúcar del recién nacido durante las horas posteriores al parto.

La paciente que durante el embarazo presentó diabetes gestacional, aún cuando normalice sus valores después del parto, tiene más riesgo en los cinco a diez años posteriores de desarrollar diabetes mellitus. Es muy importante que las mujeres con antecedente de esta patología se controlen regularmente, que mantengan una alimentación adecuada, un peso saludable y realicen actividad física para reducir este riesgo.

¿Cómo se trata?

En caso de confirmarse el diagnóstico, el tratamiento inicial es una combinación de dieta saludable y actividad física regular. Un plan de alimentación adecuado es el pilar fundamental del tratamiento. Una vez iniciado, será necesario chequear los valores de glucosa en determinados momentos del día por medio de un dispositivo muy fácil de utilizar llamado reflectómetro

Solo cuando este tratamiento no sea suficiente será necesario utilizar insulina. Sin embargo, entre el 40 y el 60 % de los casos se resuelve con un adecuado programa de dieta y ejercicios. Un dato más: la diabetes gestacional no se asocia a complicaciones como las malformaciones congénitas y, cuando es tratada en forma adecuada, el pronóstico para el bebé y su mamá son excelentes.

Fuente: Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires

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