María Laura Lezaeta es Psicóloga infantil y nos ayuda a reflexionar acerca de la importancia de interpretar el llanto de nuestro bebé.

Si bien no existen “manuales” que nos expliquen y enseñen cómo convertirnos en madres o padres, sabemos desde que nacen, que los bebés necesitan del afecto, la seguridad y protección de sus cuidadores primarios para tener un crecimiento y desarrollo óptimo.  Los adultos referentes para ese bebé, muchas veces transitan por un “abanico” de emociones que va desde la alegría de poder sintonizar con aquello que le sucede a su bebe, hasta la frustración o tristeza por no poder aún comprender cuales son las necesidades físicas y emocionales que nos está comunicando. Y también en él conviven y están presentes las emociones antes del nacimiento. Ya desde el vientre, los bebés pueden manifestar mediante sus expresiones faciales como se sienten, como por ejemplo si están contentos. Pero a diferencia de nosotros que tenemos los recursos y las herramientas para poder identificarlas y gestionarlas, el único de modo que tienen los bebés, una vez que nacen, para comunicar su malestar, tristeza o miedo es través del llanto, siendo este su medio de comunicación para expresar cómo se sienten.

Poco a poco irán descubriendo el “mundo” de las emociones a través de nuestra guía y acompañamiento, ya que necesitarán de nosotros para ponerle nombre a cada emoción que sienten, para conocer las sensaciones físicas que genera cada una de ellas, así como también cuales son las funciones que cada una cumplen en nuestra vida. 

En este acompañamiento que iniciaremos desde los primeros meses de vida, asumiremos el rol de ser sus “Traductores emocionales”: les ofreceremos nuestras palabras para que aquello que sienten empiecen poco a poco a reconocerlo por su nombre. Les contaremos la “historia” de lo que les sucede para que de manera gradual vayan no solo conociendo e identificando sus emociones, sino también dándole un sentido y significado a cada experiencia que transiten.

 ¿Qué necesitamos para poder ser sus traductores emocionales? Será necesario poder validar y empatizar con sus propias emociones, ya que de esa manera podremos sintonizar con sus experiencias y ayudarlos a que comprendan que lo que les sucede tiene sentido. Esto les permitirá poder entenderse a sí mismos, nombrar sus experiencias con seguridad y poco a poco comunicarlas a los demás. 

Pero en este camino de ser guía y sostén para ellos, nuestra actitud y comportamiento a la hora de manejar y abordar nuestras propias emociones será un factor central en el desarrollo emocional de los bebés, ya que nuestro propio estado emocional influirá en su estado anímico. En ese sentido, es importante tener presente, que ellos poseen una gran sensibilidad y suelen sintonizar fácilmente con la emoción de sus adultos referentes. Esto genera que un niño pueda reaccionar como un “espejo” que refleja las emociones de los adultos cercanos, como por ejemplo reaccionar nervioso frente a un adulto que responde ante su enojo gritando, o por el contrario reaccionar con calma frente a un adulto que controla la situación.  Por ello, es importante y necesario que como adultos atendamos y mantengamos hábitos de salud tanto física como emocional, ya que nuestro bienestar tendrá un impacto positivo en el desarrollo emocional de los bebés.

María Laura Lezaeta es Psicóloga infantil, y co-fundadora de JUEGOlogía, donde desde hace varios años equipan a profesionales de la salud y padres con herramientas lúdicas y terapéuticas para trabajar diferentes áreas cognitivas, emocionales y sociales en niños. @juegologia

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