La piel del bebé es muy sensible, para evitar alergias o infecciones hay que tener algunos cuidados con el lavado de las prendas que usará.

Ante un “bebé en camino” una de las tareas preferidas de las familias es preparar la ropita que lucirá el nuevo integrante. Ya sea comprada, heredada, regalada o prestada, lavar la ropa de un recién nacido es básico antes de utilizarla. Hacerlo evitará reacciones alérgicas y posibles infecciones en la delicada piel del recién nacido. Es una tarea sencilla pero se deben tener en cuenta algunos cuidados. Lucía Sabbione, pediatra (MN 141220) nos contesta las cinco preguntas más frecuentes sobre el lavado de la ropa de nuestro bebé.

¿Se lava toda la ropa antes de usarla por primera vez?

Si. Lo mejor, apenas nos la regalen o la compremos será lavarla y dejarla lista para usar. Esto ayudará a prevenir infecciones. No olvidemos que la ropa se produce en talleres, lugares donde no es difícil encontrar bacterias y ácaros. Además, algunas prendas llevan tratamientos químicos que aunque no son peligrosos, a veces tampoco son inocuos para nuestro bebé. Por otra parte, las bolsitas de plástico donde se las guarda suelen estar expuestas al polvo o a las inclemencias del traslado.

¿Con qué jabón la lavo?

Se pueden usar jabones aptos para bebés. Todos son hipoalergénicos. En caso que una prenda tenga manchas, primero se lava con jabón en pan y luego, se enjuaga.

¿Se lava toda la ropa a mano?

No. Si se cuenta con lavarropas no existen contraindicaciones para usarlo. Los primeros meses es recomendable no mezclar la ropa del bebé con la del resto de la familia.

¿Cada cuánto la tengo que lavar?

Con la misma frecuencia y criterio con la que se lava la del resto de la familia: cuando esté sucia o tenga más de un día de uso.

¿Hace falta plancharla?

No es necesario, pero si se desea hacerlo no existen inconvenientes.

Y algunas sugerencias más:

Las prendas del bebé deben ser separadas de las del resto de la familia, por lo menos hasta que cumpla seis meses. La ropa del adulto pudo estar en contacto con bacterias para las que ya desarrolló defensas que el bebé aún no posee. Además las prendas de los adultos requieren de lavados más largos y con productos más fuertes.

En la medida de lo posible, intentar que la ropa se seque al sol. El sol ayudará a eliminar bacterias y ácaros que quedaron. Pero si en el lugar del tendido hay posibilidades de estar en contacto con animales o insectos, mejor que el secado sea en un lugar interior. El secarropas en este caso será un aliado permitido e indispensable.

Observar si al utilizar las prendas recién lavadas, al bebé le ocasionan una posible irritación. En ese caso será cuestión de suspender sin demora el uso de los productos de lavado y consultar con un pediatra dermatólogo.

Utilizar detergente neutro o jabón blanco, siempre en pocas cantidades y que no contenga perfumes ni suavizantes. El mercado ofrece algunos sin aditivos ni productos químicos. No usar lavandina, quitamanchas ni blanqueadores. En el último enjuague no utilizar suavizante para que el producto no impregne la prenda y así evitar un brote alérgico.

Además de la ropa se debe todo objeto textil que esté en contacto con el recién nacido como sábanas, mantas, baberos y peluches. Así se evitarán problemas como la dermatitis.

Si quedan dudas podés escribirle a @pediatra.luciasabbione

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