Durante la gestación, cada órgano y sistema del cuerpo de la mujer se ve afectado. La piel también experimenta sus modificaciones.

Como producto de las diferentes alteraciones hormonales e inmunológicas que se suceden en el embarazo, la piel se ve afectada. Existen cinco afecciones muy comunes: estrías, manchas pigmentadas, arañas en la piel, erupciones y acné. La buena noticia es que en términos generales suelen desaparecer luego del parto.

1- Estrías

Se considera muy probable que las estrías tengan algún componente genético. En un porcentaje muy alto de mujeres -sobre todo entre el sexto y el octavo mes- suelen aparecer en la piel estas marcas de estiramiento en forma de líneas rosadas, localizadas casi siempre en el abdomen, los muslos y los senos, zonas expuestas a un mayor estiramiento durante el último trimestre de gestación.

La formación de las estrías se debe a la ruptura del tejido elástico en las capas más bajas de la piel. Generalmente se encuentran hundidas en la piel y presentan al principio un color rojizo o violáceo en la periferia de la lesión. Luego del embarazo, las estrías no desaparecen de manera completa, sino que adquieren un color nacarado, que las vuelve menos visibles una vez que el cuerpo recupera sus dimensiones iniciales.

Lo más aconsejable en estos casos es que a una vida sana y a un adecuado incremento de peso se sume la utilización de cremas humectantes y emulsiones con vitaminas A, D y E.

2- Manchas pigmentadas

Como consecuencia de los cambios hormonales del embarazo, aproximadamente un setenta por ciento de las embarazadas pueden presentar una mayor pigmentación de la piel y una mayor sensibilidad a la luz solar.

En efecto, desde el segundo mes de la gestación y hasta el término, se incrementan los niveles de la hormona que estimula los melanocitos, células responsables del color de la piel que se encuentran en las capas inferiores de la misma, y que también son estimulados por los estrógenos y la progesterona. La zona donde más se oscurece la piel son la cara (la máscara del embarazo), el cuello, los pezones y la línea media del abdomen, particularmente debajo del ombligo.

Esta coloración, llamada melasma o cloasma gravídico suele aparecer luego del parto, excepto en el caso de la coloración de los pezones.

Como medida preventiva es importante evitar en lo posible la exposición al sol o bien que la misma se realice con la utilización de un protector solar, que bloquee la intensidad de los rayos ultravioletas.

3- Arañas en la piel

En algunas mujeres aparecen unos puntos rojos que pueden tener un aspecto radiado o con líneas rojas. Se denominan “arañas vasculares” y suelen presentarse en la cara, el tórax y los brazos. En realidad se trata de unos pequeñísimos vasos sanguíneos que crecen en la superficie de la piel.

Pareciera que estas arañitas vasculares están relacionadas con la manera que el hígado metaboliza los altos niveles de estrógenos. Al nivelarse estos luego del parto, las arañitas desaparecen. Estas lesiones no son peligrosas ni requieren tratamiento.

4- Erupciones cutáneas

Eventualmente durante el embarazo pueden presentarse placas urticarianas que forman pequeñas protuberancias rojizas (pápulas) y causan un prurito intenso. Suelen aparecer en el abdomen y luego pueden avanzar hacia los brazos y piernas.

Si bien estas lesiones son sumamente molestas para la mama, parecería que no afectan la salud del bebé. Probablemente exista algún tipo de componente genético que predisponga a este tipo de lesiones, que suelen desaparecer luego del nacimiento.

Puede aportar un cierto confort la utilización de cremas suavizantes. Es muy importante tener en cuenta que todo prurito debe ser consultado con el obstetra, puesto que algunas veces puede no estar originado por un problema epidérmico, y deberse en cambio a una Colestasis del embarazo. Este es un trastorno del funcionamiento hepático que ocurre exclusivamente durante el embarazo (en general durante el tercer trimestre) y suele producir un prurito intenso, sobre todo en las palmas de las manos y la planta de los pies. Solo el médico podrá determinar el diagnóstico y tratamiento en estos casos.

5- Acné

En el embarazo la progesterona aumenta de manera considerable y es probable que esto afecte a las glándulas que se encuentran en la piel y que son responsables del acné, de manera aún más marcada en la adolescencia.

En algunos casos se requiere un tratamiento a base de crema con antibióticos, pero también de cremas con vitamina A han mostrado ser eficaces en morigerar estas lesiones.

Si bien los cambios que se producen durante el embarazo suelen desaparecer al término del mismo, solo los especialistas se encuentran capacitados para realizar el diagnóstico, tratar las molestias y realizar los controles necesarios.

Fuente. Material proporcionado por Mario Sebastiani, médico de la División Ginecología y Obstetricia del Hospital Italiano de Buenos Aires y divulgado por laboratorios Casasco

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