Acompañar a los hijos en su crecimiento es una tarea hermosa pero no siempre sencilla. Cómo lograr una crianza basada en el amor, el respeto y la libertad.

En los últimos tiempos cada vez más familias adhieren a la llamada “crianza respetuosa”. Para algunos puede parecer un contrasentido porque nadie optaría por una crianza “irrespetuosa”. Pero cuando hablamos de crianza respetuosa nos referimos a ayudar a los hijos a crecer de un modo diferente a los estándares tradicionales, donde los límites se establecen desde el sentido y no solo desde el castigo y se prioriza la autonomía a la obediencia. Diana García Dilba, psicóloga (MN 67130), nos explica un poco más de qué se trata esta forma de crianza que más que un método es un estilo de vida.

La palabra “infancia” proviene del latín “infantia” que significa: “el que no habla” o “quien no sabe hablar”. 

Durante muchos siglos la infancia fue concebida como un momento pasivo, una escala inferior, casi como un espacio vacío al cual había que llenar con reglas, límites y conocimientos.

Lamentablemente durante demasiado tiempo los niños/as fueron silenciados, subestimados e, inclusive, maltratados (todo lo cual sigue, lamentablemente, sucediendo).

Afortunadamente, hoy por hoy una amplia mayoría comprendemos que:

– Los niños/as son sujetos activos, con derechos, necesidades y deseos que merecen respeto

– Necesitan ser escuchados y tenidos en cuenta

– Son personas competentes en quienes podemos confiar y de quienes es posible aprender (y mucho).

La crianza debería ser respetuosa…no solo del niño/a, sino de todos quienes intervenimos en este desafío maravilloso de criar. Quiero decirlo directo y de forma clara: este proceso a veces se torna muy difícil, claro que sí. Creo que es necesario validar que no siempre es todo color de rosa, que no es criterioso vender una irrealidad acaramelada, la cual es inalcanzable y deja a muchos padres y cuidadores con culpa. No existe la perfección. En la crianza, tampoco

La crianza respetuosa no persigue como objetivo obtener resultados, sino que se basa en la salud y en la prevención del sufrimiento psíquico de los niños/as.

Criar respetuosamente a un niño desde su nacimiento es una de las tareas más importantes que puede desarrollar una persona. Le brindaremos, entre otras muchas cosas, valiosas herramientas para fortalecer su bienestar emocional.

Como todos sabemos, no hay fórmulas mágicas. Educar consciente y respetuosamente implica revisar cómo fuimos criados, qué patrones/modelos de crianza nos quedaron de allá y entonces, rescatar lo bueno, desechar lo no tan bueno, fortalecer nuestras luces y curar nuestras sombras

Te dejo 3 tips fundamentales para una crianza respetuosa, basados en dar respuesta a las necesidades emocionales de nuestros hijos/as:

  1. Disponibilidad: cuando estamos con nuestros hijos, estemos realmente en ese aquí y ahora. Nuestros trabajos y las urgencias diarias muchas veces nos impiden estar todas las horas que quisiéramos con ellos. Por eso es necesario que cuando estemos con nuestros niños, les prestemos real atención (sin celulares o cabeza ocupada en otro tema). Creer que nuestros hijos no se dan cuenta de que estamos emocionalmente ausentes, es un mero intento de quitarnos culpas.
  1. Sintonización: al estar presentes física y emocionalmente, podremos conectar con nuestros hijos, empatizar con sus necesidades y brindarles soluciones (¿en qué emoción está? ¿qué le sucedió? ¿qué necesita? etc.)
  1. Responsividad: somos responsivos cuando, una vez que empatizamos con lo que le está pasando a nuestro hijo/a, respondemos a su necesidad con una respuesta adecuada…a esa necesidad. Por ejemplo, si mi hija de 4 años aparece en mi cuarto llorando, le doy agua y le digo que se vuelva a dormir porque está todo bien, no estaré conectando con ella (no sabré qué le pasa) ni tampoco estaré brindándole soluciones ya que no habré descubierto su necesidad real para brindarle alguna intervención emocional que le devuelva el bienestar.

En resumen, la crianza respetuosa se centra en empatizar con el niño y darle voz. Se trata de terminar con siglos de una educación centrada en el origen de la palabra Infancia…“el que no habla” o “quien no sabe hablar”.

Todos los niños y niñas, aunque sean muy pequeños, hablan a su manera. Es nuestra responsabilidad como adultos saber escucharlos y responder a sus necesidades.

Podés consultar a la Licenciada Diana García Dilba en Instagram, FB y YouTube: @dianagarciadilbapsicologa.

También podés participar en su taller “Hola, amor mío!” Una propuesta para profundizar sobre el amor propio y descubrir la fortaleza de cada uno para lograr objetivos.

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