Esta enfermedad afecta la médula espinal y las membranas del cerebro, además de causar graves lesiones. Qué vacunas nos cuidan.

Según la Organización Mundial de la Salud -OMS- la meningitis es una enfermedad devastadora con una alta tasa de letalidad y que causa graves secuelas a largo plazo. Según los especialistas, muchos microorganismos pueden causar meningitis: bacterias, virus, hongos y parásitos. La meningitis bacteriana es especialmente preocupante. Alrededor de 1 de cada 10 personas que contraen este tipo de meningitis muere y 1 de cada 5 presenta complicaciones graves. Las vacunas son la forma más eficaz de brindar una protección duradera.

¿Quiénes están en riesgo?

Aunque la meningitis afecta a todas las edades, los niños pequeños corren un riesgo mayor. Los recién nacidos corren más riesgo por el estreptococo del grupo B y los niños pequeños por meningococo, neumococo y Haemophilus influenzae. Los adolescentes y los adultos jóvenes tienen más riesgo de desarrollar la enfermedad meningocócica, mientras que las personas de edad tienen un mayor riesgo de contraer la enfermedad neumocócica.

El riesgo es mayor cuando las personas viven en estrecha proximidad, por ejemplo, en actos multitudinarios. También pueden aumentar el riesgo de padecer distintos tipos de meningitis las deficiencias inmunitarias, como la infección por el VIH o la deficiencia del complemento, la inmunosupresión y el consumo de tabaco y la exposición al humo de tabaco.

Transmisión

La vía de transmisión varía según el organismo. La mayoría de las bacterias que causan la meningitis, como el meningococo, el neumococo y Haemophilus influenzae, son portadas por los seres humanos a través de la nariz y la garganta y su forma de propagarse es a través de gotículas respiratorias o secreciones de la garganta. El estreptococo del grupo B puede contagiarse de la madre al niño en el momento del parto.

Signos y síntomas

El periodo de incubación es diferente para cada organismo y puede oscilar entre dos y diez días en la meningitis bacteriana. Dado que esta suele ir acompañada de septimia. 

Los signos y síntomas se refieren a ambas afecciones y pueden incluir:

  • dolor de cabeza intenso
  • rigidez o dolor en la nuca
  • fiebre elevada
  • fotosensibilidad
  • estado somnoliento, confuso o comatoso
  • convulsiones
  • erupción cutánea
  • dolor articular
  • frío en manos y pies
  • vómitos

En los bebés, los signos pueden incluir:

  • inapetencia
  • estado somnoliento, comatoso, dificultad para despertarse
  • irritabilidad, llanto cuando se le manipula
  • dificultad para respirar, gemidos
  • fiebre
  • rigidez en la nuca
  • punto blando abultado en la parte superior de la cabeza (fontanela)
  • llanto agudo
  • convulsiones
  • vómitos
  • erupción cutánea
  • rostro pálido o manchas cutáneas

Prevención

Las vacunas ofrecen una protección duradera y son la forma más eficaz de reducir la carga y el impacto de la enfermedad.

Para ayudar a prevenir la infección se utilizan también antibióticos en aquellas personas que corren un alto riesgo de padecer enfermedad meningocócica y enfermedad estreptocócica del grupo B. El control de las epidemias de meningitis meningocócica se basa tanto en la vacunación como en los antibióticos.

Vacunación

Hace muchos años que existen vacunas autorizadas contra la meningitis meningocócica, neumocócica y por Haemophilus influenzae. Estas bacterias tienen varias cepas diferentes (conocidas como serotipos o serogrupos) y las vacunas están diseñadas para proteger contra las cepas más dañinas. Con el tiempo, se han producido importantes mejoras en la cobertura de las cepas y en la disponibilidad de las vacunas, pero no existe una vacuna universal contra estas infecciones.

Diagnóstico

El diagnóstico inicial de la meningitis puede establecerse a partir de una exploración física seguida de una punción lumbar. A veces se puede observar la bacteria en el examen microscópico del líquido cefalorraquídeo. El diagnóstico es respaldado o confirmado por el cultivo de la bacteria a partir de muestras de líquido cefalorraquídeo o de sangre, por pruebas de diagnóstico rápido o la reacción en cadena de la polimerasa (PCR). 

Tratamiento

En la meningitis bacteriana debe aplicarse lo antes posible el tratamiento antibiótico apropiado. Lo ideal es hacer primero la punción lumbar, ya que los antibióticos pueden dificultar el crecimiento de la bacteria en el cultivo de líquido cefalorraquídeo. Sin embargo, la toma de muestras de sangre también puede ayudar a identificar la causa. La prioridad es comenzar el tratamiento sin demora. Para el tratamiento de la meningitis se utilizan diversos antibióticos, como penicilina, ampicilina y ceftriaxona. Durante las epidemias de meningitis meningocócica y neumocócica, el medicamento preferencial es la ceftriaxona.

Prevenir siempre

Según la Sociedad Argentina de Pediatría -SAP-, es importante consultar con el pediatra la mejor forma de prevenir la meningitis. Las vacunas que existen por el momento son las siguientes:

  1. Vacuna BCG (meningitis tuberculosa): se aplica una dosis al nacer.
  2. Vacuna contra Haemophilus influenzae b: se encuentra en forma gratuita en el calendario nacional de inmunizaciones y está incluida en una vacuna quíntuple o séxtuple, a partir de los dos meses de vida en un esquema de tres dosis y refuerzo. Para lograr protección es importante cumplir con el esquema completo para la edad.
  3. Vacuna contra S pneumoniae (Neumococo): Se encuentra en forma gratuita en el calendario nacional de inmunizaciones a partir de los dos meses de vida en un esquema de dos dosis y refuerzo.
  4. Vacuna contra parotiditis: Se encuentra en forma gratuita en el calendario nacional de inmunizaciones integrada en la vacuna triple viral (Sarampión, Rubéola, Paperas). Se indica la primera dosis a los 12 meses de vida y refuerzo a los 6 años.
  5. Vacunas contra N meningitis (meningococo): En Argentina se comercializan dos vacunas que protegen contra los serogrupos A-C-W-Y:
  • Vacuna que puede aplicarse desde los 2 meses de edad, con un esquema de 3 dosis y un refuerzo a los 12/16 meses de edad. Si esta vacuna se aplica desde los 7 meses y hasta los 2 años, debe recibir 2 dosis.
  • Vacuna que se aplica desde los 9 meses en dos dosis.

Después de los 2 años de edad, de ambas vacunas se aplica una dosis.

La meningitis bacteriana sigue representando un riesgo y debe tratarse en forma precoz y adecuada. La prevención de esta enfermedad se enfoca fundamentalmente en las vacunas que han demostrado ser efectivas en la reducción de esta grave patología.

Fuente: Portal Hospital Garrahan

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