La palabra puericultura viene del latín “Pueri, niño”, y “cultura, cuidado, cultivo” y significa “cuidado de la niñez”. De eso se trata su tarea

Todos sabemos que cuando nace un bebé no llega con un “Manual de instrucciones” bajo el brazo. Para muchas familias, sobre todo las primerizas, convertirse en papás es una cuestión gratificante, pero también trae nuevos temores y preguntas. Con la alegría del nacimiento comienzan las dudas. Esas que aparecen cuando el bebé llora sin que sepamos qué le pasa o al amamantar sin saber si lo hacemos de la forma adecuada; todo mientras nos recuperamos del parto. En este camino, tan maravilloso como difícil, existen personas capacitadas para acompañarnos: las puericultoras.

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Desde las instancias previas a la concepción hasta la primera infancia, las puericultoras ocupan un rol fundamental en el acompañamiento de la mamá. Ya desde el embarazo brindan charlas donde explican los cambios de esta etapa. 

Con el bebé en brazos, contar con el acompañamiento profesional de una puericultora es fundamental para que la mujer no se sienta sola en un momento clave: la lactancia. Con ella se trabaja sobre los temores que se puedan presentar y acompaña para resolver las dificultades que surjan.

Acá podría ir el segmento/fragmento “¿es normal tener dolor…?” 1:31-1:47

Estas agentes de salud saben que son las mamás las que están al cuidado de los niños recién nacidos, pero ellas están para acompañarlas en este proceso nuevo. Ya sea que una mujer quiera o no dar de mamar, la atención que brindan las puericultoras se basa en el respeto, centrándose en los deseos y particularidades de cada mamá, lejos de juicios y mandatos sociales.

Cada mujer y su bebé son únicos e irrepetibles, es por eso que la asesoría y acompañamiento que brindan las puericultoras es totalmente personal. Se necesita poder ver la interacción entre ambos para poder asistir y armar un plan de acción único para ellos, entendiendo las diversas realidades, escuchando lo que dice y lo que aún no puede poner en palabras. 

Dar la teta es mucho más que poner el cuerpo y las puericultoras lo saben. No sólo guían a la mamá con lo estrictamente técnico, como corregir la postura, la prendida, explicar tiempo y frecuencia, sino que lo más importante es que acompañan, alientan y contienen. Ellas desmitifican comentarios o preconceptos y hacen foco en que poco a poco todo se acomoda y la crianza fluye. Su tarea es brindar información valiosa y actualizada, para que las familias, encuentren cuál es su mejor forma de criar. 

Acá podría ir el fragmento/segmento “¿Ante qué señales es necesario…?” 0:42-1:01

Y si bien es cierto que no hay “manual de instrucciones”, cada familia irá descubriendo con qué se siente más a gusto y ahí estarán las puericultoras para acompañar, siempre con respuestas desde la evidencia científica y desde el respeto y la empatía.

Algunos temas por lo que se puede consultar a las puericultoras

  • Dolor, enrojecimiento o por grietas en los pezones
  • Dudas de la cantidad de leche producida
  • Señales tempranas de hambre y cómo reconocerlas
  • Primeras 24 hs 
  • Cólicos 
  • Uso de pezoneras
  • Succión disfuncional 
  • Congestionamiento 
  • Mastitis
  • Vuelta al trabajo
  • Relactación (cuando se desea retomar una lactancia en un bebé que por ejemplo toma muy poca o casi nada de teta)
  • Mitos en torno a la lactancia (transmitidos de generación en generación)
  • Lactancia en prematuros
  • Lactancia y Discapacidad 
  • Lactancia en Tándem (cuando se amamanta a más de un hijo)
  • Armado de lactario en las empresas 
  • Destete
  • Inhibición de la lactancia (cuando la madre no desea amamantar, o si por alguna situación patológica, no puede hacerlo).

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