Las familias con un recién nacido no solo se alegran por obsequios que se compran con dinero. A veces necesitan recibir las 5 C: calma, cariño, comprensión, cuidado y compromiso.

Cuando Lara recibió el llamado de Ana, su cuñada, anunciándole que esa tarde pasaría a conocer a su bebé, sintió algo parecido al agobio. Mateo había cumplido dos meses y todavía estaba en plena época de cólicos. Mora, su hija de dos años, por un lado estaba feliz con la llegada de su hermano, pero a su vez sentía que su mamá ya no era toda para ella y estaba muy demandante. Fernando, su esposo, la acompañaba en todo lo que podía pero su jornada laboral no se había reducido. Ana llegó a la hora pautada y le dio un sobre a Lara. Al abrirlo encontró una tarjeta que decía: “Dos horas de niñera para usar ya”. Ana acunó a Mateo y antes de comenzar a contarle un cuento a Mora, obligó a Lara a cambiarse y salir un rato y tomarse un tiempo para ella. Sin despreocuparse de sus hijos pero también sin ocuparse de ellos por un pequeño rato, Lara sintió que su cuñada no le había hecho un regalo costoso, pero sí tan pero tan valioso que lo sintió como un verdadero tesoro.

Como Ana, muchas veces sucede que nos preguntamos qué podemos regalarle a una mamá reciente. La ropa siempre viene bien y los artículos para bebés  se agradecen. Pero también es bueno pensar que a veces las mamás más que objetos precisan recibir las 5 C: calma, cariño, comprensión, cuidados y compromiso. 

Calma

Los primeros días de vida de un bebé son caóticos. No se sabe con certeza qué hora es, si es tiempo de comer o de descansar. Las mamás duermen poco, tienen el cuerpo dolorido y los pechos muy sensibles. Todo su universo familiar gira en torno a ese pequeño ser imprevisible, que necesita su cuidado y también su atención tranquila y sin estrés.

En esos días de caos es mejor no visitar a la familia sin preguntar antes si pueden recibirnos o directamente esperar que pasen esas primeras semanas. Respetar los horarios de la mamá y el recién nacido es fundamental. Realizar una visita corta porque ya se sabe que lo bueno si breve, dos veces bueno.

Si atravesaste una mala experiencia en tu postparto no hace falta explicárselo en detalle a esa mamá sobre todo si no preguntó. Tampoco empezar a narrar experiencias desagradables de otras mujeres conocidas. Cada mamá vive su propio proceso y tiene su propio tiempo.

Cariño

Que la mamá sepa que cuenta con tu cariño y apoyo, aunque sea en la distancia. Hay cientos de formas de decir que estás al otro lado, y que puede contar con uno si lo precisa. No dar por sobreentendido que ella cuenta con ese apoyo. Expresarlo con frases que, aunque suenen cursis, son efectivas estilo “Si necesitás una mano tengo dos”.

Al estar con ella, abrazarla, pero no insistir con alzar al bebé si no lo ofrece. Puede no ser el mejor momento porque el pequeño está descansando o porque la mamá está en una fase “leona” en la que no desea que el recién nacido pase por brazos diferentes de los suyos. Son sentimientos que muchas mujeres tienen y que hay que respetar.

Comprensión

No juzgar su forma de hacer las cosas. Seguro que es diferente de la propia. Tampoco su estado de ánimo y mucho menos su físico y su forma de vestir.

Las madres recientes necesitan comprensión del momento que viven. Por eso los grupos de mujeres que atraviesan situaciones similares como postparto, lactancia, generan tanta sinergia entre las madres. Otra mujer está pasando una situación similar y la empatía es mutua.

Cuidados

Es posible que una mamá reciente lleve un par de días -o más- sin comer algo caliente o algo distinto y rico. Un gran mimo será llevarle una vianda preparada o ese dulce que más le gusta. Nada muy complicado al momento de comer, pero sí que implique un momento placentero. Si notamos que los platos están sin lavar, mientras ella da el pecho, podemos aprovechar a darle una mano y ayudarla con esa tediosa tarea doméstica.

Si sus hijos van al cole con los tuyos podés llevarlos un rato a jugar a tu casa o a la plaza, para que la mamá pueda dedicarse al bebé.

Compromiso

Comprender que si antes podían estar horas charlando, quizás ahora solo puedan hacerlo un ratito. Eso no implica que se quieran menos sino que tienen menos tiempo para compartir. Aunque ahora cueste más encontrar momentos para disfrutar recordar que son más los momentos que los unen que los que separan. Para la mayoría de las mujeres, la maternidad suele ser una “revolución”. Encontrar manos amigas que acompañan en ese camino suele ser algo que se agradece toda la vida.

Avatar photo
Author

Write A Comment