Si por algún motivo se interrumpió la producción de leche materna se puede restablecer.

Aunque es un término que no se conoce mucho, se llama relactación al proceso mediante el que una mamá consigue recuperar su producción de leche después de que, por distintos motivos, como la incorporación de la mujer al trabajo, la introducción temprana de alimentos o la presión social, hizo que disminuyera total o parcialmente la alimentación al pecho.

Muchas mujeres lamentan haber dejado de amamantar y quieren reintentarlo. Antes de iniciar este proceso se debe valorar la cantidad total de leche que toma el bebé en 24 horas. Si no se tiene claro esto, o las cantidades día a día son muy discordantes, se pueden anotar durante un par de días y hacer la media aproximada. De esta manera sabremos qué cantidad de leche toma el bebé.

Si solamente consume uno o dos suplementos y la cantidad total no supera los 140 ml aproximadamente, podemos hacer una relactación directa. Es decir, esperar al fin de semana, quedarnos con el bebé en casa, eliminar los suplementos y ofrecerle solamente pecho.

Si la cantidad de leche artificial supera los 140 ml habrá que eliminar las mamaderas poco a poco. En ningún caso se debe eliminar de un día a otro toda la leche artificial. No es adecuado puesto que les causará un gran estrés tanto a la mamá como a su hijo.

Aumentar la producción de leche

Según aseguran los especialistas, la mitad de las mujeres que se propone relactar al mes consigue instaurar de nuevo la lactancia materna exclusiva. Para eso se precisa aumentar la producción. Algunas sugerencias para lograrlo son:

  • Empezar a estimular el pecho con el sacaleches y finalizar la extracción a mano, ya que de esta forma se ha demostrado que se consigue más leche.
  • De ser posible, es mejor una estimulación breve y frecuente diversas veces al día antes que una única estimulación diaria de muy larga duración.
  • Buscar uno o diversos espacios cómodos y adecuados en el que realizar la estimulación. De ser posible, se debería realizar cada dos o tres horas de día y cada cuatro de noche.
  • Los tiempos de extracción deberían aumentar en paralelo a la cantidad de leche extraída: a más leche, más tiempo de extracción.

Un agarre efectivo del bebé al pecho

Cuando el pequeño no acepta mamar el proceso de relactación se puede complicar. En estos casos es recomendable acudir a un grupo de apoyo a la lactancia para que una asesora valore las causas por las que no quiere mamar y ofrezca opciones adecuadas para intentar que acepte la leche materna.

  • Si el bebé quiere mamar, habrá que ofrecerle el pecho cada dos horas de día, cada tres de noche, o cada vez que el bebé muestre interés.
  • Durante los primeros días que se está intentando aumentar la producción de leche, y si el bebé está tomando mayoritariamente leche artificial, se sigue administrando la cantidad completa de alimento artificial recomendada y se inicia la estimulación del pecho con sacaleches o de manera manual.
  • Es recomendable eliminar succiones que no sean del pecho como chupetes, biberones, etc.
  • Es aconsejable dar la leche (materna extraída o artificial) con una suplementación adecuada: jeringa-dedo, vasito, cuchara.
  • Se puede valorar la utilización de un relactador.
  • En cualquier caso hay que cuidar postura y posición y vigilar que el agarre sea efectivo y la succión correcta.
  • Es importante controlar la ganancia de peso del bebé (30g al día las 6 primeras semanas) y la excreción de orina (5-6 pañales al día), para asegurar que está obteniendo suficiente leche.
  • Si no está obteniendo suficiente leche, no reducir el alimento artificial durante unos pocos días y, si es necesario, aumentar la cantidad de leche artificial durante un día o dos.

Disminuir la cantidad de leche artificial que el bebé toma

Paralelamente es necesario ir reduciendo la cantidad de leche artificial que se ofrece al bebé:

  • Reducir la cantidad de suplemento artificial administrado en 24 horas unos 60 cc (centímetros cúbicos). Esta reducción se mantiene así durante unos días.
  • Esta cantidad se puede dividir entre varias tomas: por ejemplo, reducir 10 cc en seis de las tomas de leche artificial que el bebé toma al día, o reducir dos tomas en 30 cc cada una.
  • Un patrón común es sólo amamantar las primeras horas del día y por la noche cuando los pechos se notan más blandos y los bebés parecen más demandantes ofrecer el suplemento.
  • Continuar con la cantidad reducida de la leche artificial durante unos días.
  • Si el bebé muestra por su comportamiento que es suficiente y si después de una semana ha ganado el peso adecuado para su edad, reducir de nuevo el suplemento de la leche artificial en la misma cantidad (otros 30 centímetros cúbicos) durante unos días y volver a comprobar el peso.
  • Si el bebé muestra signos de hambre o si no ha ganado suficiente peso al final de una semana, no reducir el suplemento artificial y continuar con la misma cantidad una semana más.
  • Si el bebé continúa mostrando signos de hambre o aún no ha ganado peso después de otra semana, aumentar de nuevo el suplemento y ofrecer la cantidad que se estaba antes de iniciar la relactación.

Hay que tener muy presente que a veces los suplementos siguen siendo necesarios hasta que se inicia la alimentación complementaria. Si la cantidad no es superior a los 200 ml en 24 horas, se puede eliminar la leche artificial y sustituirla por alimentación complementaria.

Las relactaciones no son simples ni sencillas, pero tampoco imposibles. Se pueden conseguir con mucha paciencia y ganas. Una gran ayuda será acudir a un grupo de apoyo a la lactancia y buscar la complicidad de una asesora de lactancia que acompañe y oriente. Poco a poco y sin rendirse se logrará recuperar la lactancia materna.

Fuente:  Inma Marcos. Asesora de Lactancia de ALBA. Puericultora.
Revisado por Eulàlia Torras. Asesora de Lactancia de ALBA.

Avatar photo
Autor

Escriba un Comentario