La trombofilia es un trastorno en la coagulación que provoca propensión a sufrir coágulos o trombosis; en las mujeres puede producir abortos y/o complicaciones en los embarazos.

Hace cuatro años, la actriz Florencia Peña se emocionó en la mesa de Mirtha Legrand al recordar el nacimiento de su hijo Felipe. Contó que fue un embarazo complicado ya que tuvo que inyectarse diariamente heparina, ya que padece trombofilia. Además, narró que anteriormente había perdido un embarazo de diez semanas. Su historia sirvió para concientizar sobre un trastorno relativamente frecuente. Se estima que alrededor del 10 por ciento de la población general presenta algún tipo de trombofilia. En una nota con la agencia Telam, José Omar Latino, profesor titular de Obstetricia en la Facultad de Medicina en la UBA y jefe de la unidad Obstetricia del Hospital Durand aportó sus conocimientos sobre este tema.

En primer lugar hay que tener en cuenta que la trombofilia no es una enfermedad. Es un factor de riesgo. ¿Y por qué hablamos de la trombofilia como un factor de riesgo? Porque en 1995, la Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia definió a la trombofilia como una tendencia aumentada a la trombosis, es decir, un factor de riesgo. La trombosis es un trastorno del sistema sanguíneo, que se caracteriza por la formación de coágulos (trombos) a partir de sus constituyentes. Es un trastorno del contenido de sistema sanguíneo (de a sangre propiamente dicha) y no del continente (el vaso sanguíneo).

Estos coágulos o trombos interrumpen total o parcialmente la circulación de la sangre, impidiendo su pasaje por el sistema sanguíneo, y todos sabemos que la sangre es el líquido de la vida, ya que transporta oxígeno, y sin oxígeno no hay vida. Esta es la razón por la cual todas las complicaciones que producen las trombofilias se deben a la falta de llegada de la sangre al órgano que presenta la trombosis.

La trombofilia puede afectar al embarazo presentando aborto a repetición, es decir, 3 o más abortos, feto muerto, hipertensión durante el embarazo, desprendimiento de placenta antes de tiempo, restricción de crecimiento fetal dentro del útero y parto prematuro antes de las 37 semanas de gestación.

Las trombofilias se clasifican en hereditarias y adquiridas. Las hereditarias se deben a una alteración genética en alguno de los componentes de la sangre que intervienen para que esta no se coagule dentro de los vasos, esos componentes son la Proteína S, Proteína C y Anti- trombina, pero también podría presentarse alguna alteración estructural en alguno de los factores de la coagulación, como en el llamado Factor V Leiden o la Protrombina G 20210 A, cuya presencia favorece la coagulación de la sangre. En el caso de la adquirida, está representada por el paradigma de todas las trombofilias que es el “síndrome antifosfolipídico (SAF), que es una enfermedad autoinmune sistémica caracterizada por la presencia de trombosis arterial o venosa, aborto a repetición, muerte del feto, complicaciones obstétricas como el parto prematuro, el menor crecimiento adentro del útero y el desprendimiento de la placenta antes de tiempo, todo esto acompañado con la presencia de anticuerpos contra los fosfolípidos, que es una sustancia que forma parte de las membranas de las células de todo el organismo. Esta es la razón por la cual es una enfermedad autoinmune porque el organismo reacciona contra si mismo.
Para el diagnóstico SAF se deben cumplir las siguientes condiciones: al menos un criterio clínico de SAF obstétrico o SAF trombótico; más un estudio de laboratorio positivo.
El SAF obstétrico se da ante la perdida de embarazo mayor a 10 semanas; nacimientos prematuros antes de las 34 semanas de gestación; y/o tres o mas abortos tempranos antes de las 10 semanas de gestación. El SAF trombótico está representado por episodios de trombosis arterial y/o venosa en cualquier órgano o tejido.
El tratamiento de las trombofilias se basa en administrar aspirina en baja dosis y heparina, una sustancia que es anticoagulante.
Los estudios diagnósticos y el tratamiento no son de bajo costo y por eso muchas veces escuchamos pacientes angustiadas, que presentando esta patología no tienen acceso posible a un centro privado de fertilidad o cobertura social para este diagnóstico y eventual tratamiento. Para esos casos, en el Hospital Dr. Carlos G. Durand de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires funciona desde hace más de 30 años un consultorio de enfermedades autoinmunes trombofílicas y embarazo donde en forma gratuita se realiza el diagnóstico y tratamiento de Trombofilia en toda paciente que no tenga cobertura social.
Es muy importante tener en cuenta que cuando una mujer presenta abortos repetidos, o se le murió un bebe en la panza, si tuvo alta presión durante el embarazo, si se le desprendió la placenta antes de tiempo, si su bebe tuvo bajo peso al nacer o un parto antes de tiempo, se debe hacer una consulta antes de volver a embarazarse, ya que puede tener trombofilia.
Sin tratamiento solo se tiene el 20% de posibilidad de tener un hijo vivo y sano, y con el tratamiento adecuado las posibilidades de tener un hijo sano se incrementan a un 85% siendo esto muy significativo.
Ante estas circunstancias y la sospecha de trombofilia es muy importante realizar esta consulta previa al planificar un nuevo embarazo, tanto para la salud física y psíquica de la madre como para aumentar las posibilidades de nacimiento del bebé, porque cuidarse es quererse…

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