Durante la dentición hay bebés que apenas sienten dolor, pero otros sufren distintas molestias. Por eso es importante informarnos para saber acompañar este proceso
La salida de los primeros dientes puede ser un proceso en el que no se sepa cómo reaccionar. La aparición suele darse entre los 6 y los 12 meses y, casi siempre, son los incisivos inferiores (los de delante y en el centro, abajo).
En la dentición, como en tantos otros aspectos del desarrollo del bebé, no hay reglas fijas. A algunos les salen antes (incluso algunos nacen con dientes) y a otros les tardan más en salir. Eso sí, el tardío también lo será a la hora de cambiar los dientes “de leche” por la dentición definitiva. Antes de los tres años suele completarse la erupción de la dentición infantil.
La salida de los dientes produce dolor de encías, por lo que es lógico que el bebé llore y se comporte con irritabilidad, pero lo que realmente nos da una pista sobre esta aparición no será el llanto, sino la salivación excesiva, el babeo constante que se produce. Otro signo inequívoco es que morderá todo, hasta el punto de que se lleve continuamente las manos a la boca, incrementando así la generación de saliva.
Estos dos signos son suficientes para que los padres exploren las encías del bebé y comprueben si éstas están enrojecidas o inflamadas o si se puede apreciar un pequeño punto blanco y duro en la parte superior de la misma. Todo ello permitirá confirmar que se trata de un diente que está erupcionando y pronto saldrá.
Los signos y síntomas de la dentición pueden no ser los mismos en todos los bebés. Algunas familias creen que el babeo y que los bebés pongan los dedos en la boca son síntomas de la dentición, pero no siempre pueden serlo y en ocasiones son una parte del proceso de desarrollo normal que coincide con la dentición.
Los signos específicos de la aparición de los primeros dientes incluyen:
- La erupción de los dientes en sí
- Inflamación de las encías
Otros síntomas que se pueden ver durante la dentición pero también ser una mera coincidencia son:
- Babeo
- Aumento de morder
- Disminución del apetito
- Poner los dedos en la boca
- Frotar las encías
- Irritabilidad
- La falta de sueño
Las familias suelen notar que a los bebés les molestan más las encías por la noche. Esto ocurre por dos motivos: porque se trata de un dolor pulsátil (se agudiza con el latido cardíaco, que se nota más en posición horizontal) y porque al finalizar el día no están entretenidos y sí más cansados, factores que les llevan a centrarse en la zona que tienen más vulnerable.
Los síntomas pueden ser vistos cerca de tres y cuatro días antes de la erupción de los dientes y pueden persistir unos días después de que entró en erupción. Estos no persisten durante semanas, sino que pueden reaparecer cuando un nuevo diente entra en erupción.
La dentición puede ir acompañada de otros síntomas como fiebre de bajo grado. La mayoría de las veces esta febrícula se debe a otra causa, por eso será necesaria una evaluación por un profesional de la salud para saber su origen y cómo afrontarla. Del mismo modo, la diarrea también se cree erróneamente que es un síntoma de la dentición. La misma, aunque puede ocurrir durante la dentición, no es un síntoma de la dentición, sino sólo una coincidencia. Alrededor de la misma época en que se ve la dentición, la coordinación mano boca se produce. Esto nos lleva a otro hito del desarrollo llamado pronunciando. El bebé comienza a poner en la boca lo que es capaz de captar con las manos. Esto expone al bebé a los gérmenes que le pueden provocar diarrea.
¿Cómo aliviar las molestias de la erupción?
La erupción de los dientes de leche es un proceso delicado y duradero. Se trata de tener paciencia con el pequeño y observar que en efecto no se trata de nada más grave.
Podemos ayudar a aliviar las molestias que siente el bebé durante este periodo de las siguientes formas:
Mordedores
Son, gracias a la presión que se ejerce sobre las encías al morderlos, el principal alivio a la dentición. Calman más aún cuando están fríos, por lo que es recomendable introducirlos un tiempo en la heladera antes de dárselos al bebé. Ponerlos en el congelador puede ser contraproducente, ya que el frío tan intenso los endurecería demasiado, y con su uso provocarían el mismo efecto en las encías del bebé. Si el mordedor está relleno de algún líquido, hay que asegurarse de que sólo sea agua. Otra sustancia podría ser perjudicial.
Alimentos no muy calientes
Hay que tener en cuenta que, por el dolor y la fricción de estar constantemente mordiendo objetos para aliviarse, las encías del bebé pueden estar especialmente sensibles durante este periodo.
Masajear la zona
Podemos contribuir a aliviar las molestias de la dentición dando un suave masaje en sus encías con la punta del dedo envuelta en una gasa estéril. Si el niño tiene más de seis meses podremos acompañar el masaje con algún gel farmacológico indicado para ello.
Higiene
Es importante mantener su barbilla y cara siempre secas, pues la humedad de la saliva en la zona podría provocar la salida de un sarpullido.
Tres datos curiosos
- La dentición suele aparecer casi siempre antes en las niñas que en los niños.
- Los dientes acostumbran a salir en pares: de dos en dos (uno a cada lado de la boca).
- Los dientes de leche son más blancos que los permanentes.
Fuente: Caballero, Clínica dental