El desarrollo motriz es fundamental para el crecimiento físico, intelectual y emocional. En ese avance, los bebés necesitan de nuestra ayuda
Es sabido que el ejercicio físico aumenta los estímulos que llegan al cerebro y esto desarrolla mejor la inteligencia. Cada edad necesita un tipo de estímulo físico diferente, porque no en todas las etapas se puede hacer de todo.
Durante los primeros meses de vida, el bebé no tiene control sobre su cuerpo y sus movimientos. Poco a poco empieza a sostener la cabeza, luego a girar el cuello. Un poco más tarde consigue controlar lo que hace con manos y brazos. Al final del primer año ya empieza a gatear y a sostenerse sobre las piernas.
La mayoría de los bebés adquieren estas capacidades sin ayuda. Sin embargo, recibir estímulos extra para el movimiento facilita la maduración normal y además permite otros aprendizajes. Nacemos para movernos y explorar nuestro mundo y esto es más fácil si se desarrollan bien todos los sentidos. Cuantos más estímulos lleguen al cerebro, mejor se desarrollará la inteligencia.
Movimientos para fortalecer el cuello y el sentido del equilibrio.
El equilibrio contribuye al desarrollo de la coordinación. Y los movimientos de la cabeza en diferentes planos, al desarrollo de la vista.
- Hablarle y cantarle desde diversos ángulos, para que te busque.
- Llevarlo en brazos y girar despacio, para que mire a distintos lugares, con lo que enriquece su mundo visual.
- Bailar con él en brazos, sosteniéndolo verticalmente.
- “El avión”: Ponerlo boca abajo en el antebrazo y moverse con él por la habitación. Más adelante, sujetar su cuerpo con ambas manos bajo las axilas alrededor del pecho, y hacerlo subir y bajar con mucho cuidado cada vez más alto. Con su risa dirá que le gusta y que quiere más.
En todos estos juegos, ambos se miran y hay sonrisas, lo que favorece el apego entre el bebé y el adulto que lo cuida.
Brazos y manos
- Mover de forma pasiva sus brazos y piernas, estimulando los músculos. A veces alternando uno y otro, y a veces ambos a la vez.
- En el baño, dentro del agua, ayudarlo a hacer movimientos de pataleo para chapotear y luego bracear.
- El reflejo de “paracaídas” es interesante para que aprenda a protegerse la cara con las manos cuando pierda el equilibrio. Se estimula de varias formas. Comenzar con el bebé sentado y empujarlo suavemente hacia delante, ayudándole al principio a que pueda apoyar las manos, hasta que lo haga solito.
- Empujarlo también hacia los lados. Se va practicando hasta que lo haga de forma automática. Siempre debe ser premiado con un aplauso, un abrazo o muestras de alegría.
- También se puede hacer con una pelota grande, que se pone bajo la panza del bebé. Luego, tomándolo por las piernas, se lo desliza hacia delante y atrás. Cuando vaya hacia delante, seguramente intentará apoyar las manitas.
Las piernas: gatear y ponerse en pie
Como ya explicamos en otros artículos, no es imprescindible el gateo como paso previo a caminar, pero el bebé que lo hace logra más autonomía, fortalece los músculos de brazos y piernas y desarrolla la vista.
Algunos bebés gatean de forma asimétrica o se desplazan sobre una nalga. A la larga, no tiene mucha importancia, pero es preferible que sus movimientos sean simétricos.
- A partir de los 8-9 meses, poner al bebé a cuatro patas, dejando que la cola repose sobre sus tobillos y le mueves el tronco adelante y atrás, basculando sobre las manos.
- Ponerlo boca abajo, para que empiece a reptar hacia delante, ofreciéndole algún juguete o llamándolo.
- A medida que tome fuerza, lo hará solo, especialmente si se lo mostrándole un juguete. Es más fácil si no se le resbalan los pies y rodillas. Se puede sujetar sus pies de forma alterna.
- Y luego llega el momento de empezar a ponerse en pie. Para ello se ponen muebles para que vaya trepando. Siempre permanecer cerca para animar y sostener.
Las manos y la pinza digital
El movimiento coordinado de sus manos y dedos será esencial para comer, manipular, dibujar y escribir. Combinado con el sentido de la vista, lo ayudará a entender el mundo. Para estimularlo se sugiere:
- Entre los 3 y 4 meses colocar objetos a su alcance colgando. No los podrá tomar, pero estirará los brazos para tocarlos.
- Más adelante ya los agarrará y seguramente se los llevará a la boca para explorarlos (solo hay que ocuparse de que estén limpios).
- Sobre los 9-10 meses empieza a tomar objetos más pequeños y va desarrollando la pinza. También aprenderá a dejar caer los objetos, actividades que hará una y otra vez y le provocarán mucha risa.
En resumen…
- Los bebés deben tener oportunidades para mover todos sus músculos.
- El movimiento contribuye al desarrollo de la vista, el equilibrio, la coordinación y el cerebro en general.
- Conviene que se faciliten y estimulen sus movimientos con espacio para gatear y arrastrarse, ropa cómoda y todo lo que facilite su desarrollo
- El mejor estímulo es la atención de una persona adulta que sonríe, señala, nombra y premia sus avances con risas y abrazos.
- Todo esto contribuye a fortalecer el apego entre los papás y el bebé. No hay que olvidarse de que cuantos más estímulos lleguen a su cerebro, mejor se desarrollará la inteligencia y las habilidades motrices.
Fuente. Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEpap)