Muchos familias sienten curiosidad por adivinar el sexo del bebé que esperan. Qué dice la ciencia.

¿Será varón? ¿Será nena? En toda concepción cada una tiene un 50 y 50 de probabilidad y por eso saber cuál será suele causar una gran curiosidad. Es que el sexo de las personas es algo completamente involuntario. No se puede elegir.

En tiempos sin ecografías, diversas creencias populares aseguraban cómo predecir si vendría un niño o una niña. Por ejemplo, se aconsejaba colocar un hilo en un anillo a manera de péndulo por encima de la panza de la mujer embarazada. Si el anillo se movía en círculos, se esperaba una nena, pero si se desplazaba hacia atrás y adelante, sería un niño. Otra creencia popular, sin sustento científico, aseguraba que si la panza tenía forma de pelota de fútbol nacería una niña, pero si parecía una sandía llegaría el varón.

Lejos de estas pruebas divertidas, pero sin aval de la ciencia, hoy la tecnología médica puede afirmar de manera certera, una vez que han transcurrido aproximadamente 18 semanas de gestación, si se espera a un niño o una niña. En general esto se logra a través de una ecografía, en la que se evalúa el estado del bebé y es aquí cuando el especialista podrá revelar la información tan deseada para algunos padres. Sin embargo, hay que tener en cuenta que para saber el sexo se deben dar ciertas condiciones. Hay situaciones en que no se puede saber, por ejemplo, cuando el feto se encuentra de espaldas o tiene el cordón cruzado entre las piernas. También dependerá de los antecedentes de la madre, como obesidad y escasez de líquido amniótico, entre otros.

Antes de las 18 semanas, los especialistas informan el sexo solo como una probabilidad, pero esto puede cambiar en el trayecto del embarazo porque sus órganos no están 100 % desarrollados. El progreso de los órganos sexuales comienza durante la sexta semana de gestación. Es por eso que algunos médicos se arriesgan a dar la noticia a los futuros padres al inicio del segundo trimestre (semana 10-11), la cual puede cambiar y también dependerá de la posición del feto en el momento de la ecografía.

Las ecografías son el método más común para saber el sexo del bebé, ya que tienen apenas un 5 % de margen de error, generalmente producido porque el feto no se deja ver.  La amniocentesis es otro estudio que puede brindar una respuesta a este interrogante. Aunque es importante destacar que se trata de un estudio invasivo y solo se indica en caso de riesgo o que el feto tenga alteraciones cromosómicas. La evaluación ecográfica, realizada entre la semana 11 a 14, puede indicar una mayor probabilidad de que el ser en gestación sea portador de una alteración genética; en ese caso se realiza una amniocentesis o se toma una muestra de sangre materna para precisar el diagnóstico.

Al realizar el estudio de los cromosomas para detectar posibles anomalías se puede descubrir si es hombre o mujer. Este análisis se realiza con el objetivo único de descartar patologías y entregar el sexo de manera certera antes de la semana 20. No se recomienda solo para saber el sexo.

Si bien hay otras alternativas, la ecografía desde la semana 18 es la forma más certera y menos invasiva de todos los análisis anteriormente mencionados.

 ¿Qué determina el sexo del bebé?

En el momento que el óvulo (X) es fecundado por un espermatozoide, el sexo dependerá de la información que cargue el que llega primero. Para que sea niño, debe ser uno cargado con Y, en este caso el cromosoma será XY. Para que sea niña debe ser cargado con X y será una conjugación de XX.

Las células del ser humano están compuestas por 46 cromosomas. En el par 23 está la información que decide el sexo; en el caso de las mujeres se conoce como cromosoma XX y en el caso de los hombres como el XY.

Fuente: Clínica Indisa. Hugo Sovino Sobarzo, ginecólogo

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