Esta fase suele llegar alrededor de los tres años y aunque nos abrumen con múltiples preguntas es un tiempo de aprendizaje fundamental.

Alrededor de los 3 y 4 años gran parte de los niños y las niñas comienzan a dominar mejor el lenguaje y entran en la llamada etapa de los por qué. Diana García Dilba, psicóloga, (M.N. 67.130) nos orienta más sobre este tiempo en el cual los chicos comienzan a conocer y dar sentido al mundo que le rodea a través de su pensamiento y apoyado en su lenguaje.

Lo primero que debemos recordar, nos dice la especialista, es que su desarrollo intelectual presenta enormes avances y necesitan conocer y comprender más su entorno. Esta nueva etapa, a veces, no es bien recibida por los adultos porque está repleta de preguntas incansables, pero está bueno comprender que dar respuesta a estos cuestionamientos infantiles es algo muy favorable para su desarrollo. Ser pacientes, responder con respeto, ofrecer palabras simples y explicaciones cortas es algo que el niño y la niña necesitas. De esta forma favorecemos su curiosidad natural.

Puede que repitan la misma pregunta una y otra vez porque les gusta (y necesitan) la repetición. 

También puede suceder que pregunten, pero después parezca que no escuchan la explicación. A no alarmarse. Los chicos quieren saberlo todo y, en ese instante, es posible que nos colme con muchísimas preguntas. Seamos pacientes y, aunque parezca obvio, recordemos que no intenta aniquilar nuestra paciencia. Solamente siente mucha curiosidad y ganas de conocer el mundo que lo rodea.

A través de los “por qué” también desarrolla su lenguaje y experimenta las diversas formas de preguntar. Podemos tomar sus preguntas como un juego. ¿Cómo? Convirtiendo sus preguntas en una charla e, incluso, respondiendo con otra pregunta para que nuestro hijo nos responda y llegue por sí mismo a una conclusión.

No sugiero en absoluto engañar o ridiculizar su pregunta: ellos confían en nosotros y en que nosotros podemos darles el conocimiento del mundo que requieren en ese momento. ¿Podemos decir un no sé ante una cuestión que nos excede? Claro que sí, pero siempre desde el respeto y la atención a su demanda. Lo importante es siempre decirles la verdad, y si no sabemos sobre un tema, también apelar a la verdad: no sabemos de este tema pero podemos investigar juntos al respecto.

Tampoco hace falta explayarse mucho en la respuesta solicitada ni utilizar explicaciones demasiado complejas que, de momento, no comprenderán. Es mejor darles respuestas cortas y adecuadas a su edad (aunque estén incompletas para nuestro ser adulto). Seguramente a ellos les resultarán suficientes.

Así que: a armarse de paciencia y tomarnos esta etapa como lo que es: parte de la vida de nuestros niños y niñas…etapa que también hemos transitado nosotros cuando éramos pequeños.

Podés contactar Diana García Dilba en sus redes de Instagram, FB y YouTube: @dianagarciadilbapsicologa

Avatar photo
Autor

Escriba un Comentario