El llanto en los más pequeños es una forma de expresar su malestar, por eso es importante atender su demanda. Abordamos el tema junto a la Lic. Guadalupe del Canto
Psicóloga perinatal y especialista en desafíos reproductivos.

El llanto de los bebés es una de las maneras que tienen para comunicarnos lo que les pasa. Pensemos que en la panza ellos tienen todo lo que necesitan a libre demanda. El nacimiento implica un cambio de reglas: ahora tienen que empezar a “pedir”. Cuando se rompe su equilibrio homeostático por sueño, hambre o algún dolor, el llanto es una manera de expresar ese malestar.

Se ha descripto como “preocupación maternal primaria” a la capacidad que tienen las mamás de atender a las necesidades de su bebé en los primeros momentos de la vida, para dar una respuesta sincronizada de manera tal que vuelvan a ser “casi” uno, como cuando estaba en la panza.

Desde esta perspectiva, resulta claro que dejarlos llorar es desatender a sus necesidades físicas y psicológicas. Esto no significa que los bebés no puedan llorar nunca. Podemos estar ocupadas y tardar unos minutos en asistirlo. Escuchar la voz de sus seres queridos los ayuda a calmarse. Por eso, si no podemos atenderlos de manera inmediata, podemos intentar hablarles, y decirles que enseguida iremos a asistirlos. Acunarlos, cantarles, darle palmaditas en la cola, realizar un pequeño masaje o darles un baño, son algunas estrategias que pueden ser útiles cuando no encontramos como calmarlos.

Un bebé que llora llama a su mamá o papá para que lo consuele, está necesitando contacto emocional para poder calmarse. Dejarlo llorar crea sensación de desesperanza. El bebé no tiene manera de calmarse solo.

 “Dejalo llorar porque si no te va a agarrar de punto” o “si lo tenés a upa lo vas a malcriar” son expresiones populares sin fundamento científico en la Psicología. Por el contrario, los bebés necesitan saber que sus papás estarán disponibles para atenderlos cuando lo necesiten. Esto es para desarrollar la sensación de calma y seguridad, que les permitirá ir adquiriendo paulatinamente la noción de tener una base segura de operaciones a la cual volver cuando salen a explorar el mundo a través del juego.

Muchas veces se habla de que la maternidad y la paternidad vienen sin manual de instrucciones. Pero en realidad el manual de instrucciones es tu bebé. Es un proceso de construcción que se desarrolla en el vínculo con tu bebé. Es a partir de conocer a tu bebé, que aprendes a descifrarlo y a calmarlo.

Sobre la autora

Lic. Guadalupe del Canto
Psicóloga perinatal y especialista en desafíos reproductivos. Es Psicóloga, terapeuta cognitiva y mamá de tres varones. El nacimiento prematuro de su segundo hijo la llevó a especializarse en perinatal y a acompañar a otras madres en situaciones similares.
Luego fue ampliando su foco para incluir los desafíos reproductivos, el impacto del diagnóstico genético y la preparación integral para la maternidad con el objetivo de acompañar a madres en diferentes situaciones.

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Autor

Psicóloga Perinatal y Especialista en Desafíos Reproductivos.

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