Se trata de una etapa donde los bebés temen a la ausencia de sus padres y por lo tanto reaccionan con temor. Lee la nota con la explicación que nos brinda la Lic. Guadalupe del Canto, psicóloga perinatal y especialista en desafíos reproductivos.
A lo largo de los primeros años de vida, nuestros niños van pasando por diferentes etapas. Algunas son más sencillas, otras un poco más demandantes. Pero todas distintas. Cada una genera demandas particulares. Si hay algo que sucede en el desarrollo de los bebés es el cambio, que es constante.
Una de las fases más demandantes es lo que se conoce como la angustia del octavo mes. Se llama así porque se da alrededor de ese momento en la mayoría de los bebés pero podría ser antes o después.
La característica principal es que temen a la ausencia de la mamá o el papá y reaccionan con temor frente a extraños. Empiezan a darse cuenta de que son ellos quienes los cuidaron y acudieron a ellos cuando lo necesitaban.
Es una etapa muy demandante porque buscan el contacto continuo con la mamá o el papá y lloran cuando los ven partir. La sensación de tanta demanda puede ser por momentos asfixiantes: vas a un evento, te agarra y no te suelta; quieren alzar a tu bebé y llora desconsoladamente; nunca falta quien dice frente a estas situaciones “está muy malcriado” o “si no lo soltás nunca lo vas a poder soltar” o “déjalo que llore, no puede ser que no pueda estar con nadie más que vos”.
La angustia del octavo mes es normativa, tiene que ver con la posibilidad de poder diferenciarse de los otros y también con distinguir entre mamá y papá y otras personas. Es un momento muy importante del desarrollo psíquico y es muy importante poder acompañarlo.
Algunas sugerencias:
- – Sólo vos y tu bebé saben lo que es mejor para ustedes.
- – No te sientas culpable por hacer lo que te hace bien. No importa lo que digan los demás.
- – Dejar llorar a un bebé nunca es una opción saludable. El llanto es la manera que tiene un bebé de decir que le pasa algo.
- – Hablar con tu bebé puede hacer la diferencia. No siempre podés estar con él pero si podés explicarle que te vas pero vas a volver.
- – Jugar a esconderse y a aparecer puede ayudarle a entender que mamá y papá vuelven.
- – Es un momento ideal para ofrecerles un objeto de apego, una mantita o un muñeco con el que se sientan acompañados.
Sobre la autora
Lic. Guadalupe del Canto
Psicóloga perinatal y especialista en desafíos reproductivos. Es Psicóloga, terapeuta cognitiva y mamá de tres varones. El nacimiento prematuro de su segundo hijo la llevó a especializarse en perinatal y a acompañar a otras madres en situaciones similares.
Luego fue ampliando su foco para incluir los desafíos reproductivos, el impacto del diagnóstico genético y la preparación integral para la maternidad con el objetivo de acompañar a madres en diferentes situaciones.
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