Aunque es un enfermedad que generalmente es muy leve, hay que estar atentos porque se puede complicar y mucho.
Cuando se acaba el verano y comienza el otoño y el invierno, las bajas temperaturas provocan que los niños contraigan con más facilidad diversas enfermedades respiratorias como la bronquiolitis. Esta enfermedad afecta a unos 300 mil niños argentinos y es la primera causa de muerte en niños de entre un mes y un año en el país y en el mundo. Comienza con síntomas similares a los de un resfriado común, pero luego presenta tos, sibilancia y a veces dificultad para respirar. Los síntomas pueden durar de varios días a semanas. La mayoría de los niños mejoran con los cuidados en casa. Un pequeño porcentaje de niños requiere hospitalización. La pediatra Verónica de Toro (MN 138.175) nos respondió estas preguntas que nos ayudarán a estar más atentos.
1. ¿Qué es la bronquiolitis?
La bronquiolitis es una infección viral de las vías respiratorias bajas. Afecta puntualmente a los bronquiolos, que son los conductos de menor calibre por los que el aire llega al pulmón. Estos se inflaman y generan los síntomas de la enfermedad.
2. ¿Por qué en los menores de dos años es riesgosa?
Esta enfermedad afecta a niños de 0 a 2 años de edad. La mayoría de las veces, el curso clínico es leve a moderado, aunque hay casos en los que puede requerir internación.
Los factores que pueden predisponer a una enfermedad más grave son: prematurez, edad menor a 3 meses, enfermedades pulmonares, cardiacas ó metabólicas previas, alteraciones inmunológicas.
La lactancia materna es un factor protector para las enfermedades virales de los niños.
3. ¿Cómo se produce? ¿Se contagia?
El virus más comúnmente implicado en la bronquiolitis es el Virus Sincicial Respiratorio, aunque también existen otros virus capaces de causar esta enfermedad. La época de otoño-invierno y comienzo de la primavera son las de mayor prevalencia.
El contagio se produce a través de las gotitas de flugge, que son eliminadas al hablar, toser o estornudar, al tocar objetos contaminados con el virus por ejemplo, juguetes, chupetes y luego tocarse ojos, nariz o boca. Por esto, la medida de prevención más importante a tener en cuenta es el lavado de manos, el uso de alcohol en gel en el caso de no poder lavarse, higienizar objetos como juguetes, mordillos, chupetes, vasos y cubrirse de manera correcta al toser o estornudar.
4 ¿Cuáles son los síntomas?
La bronquiolitis comienza como un resfrío común. Luego el cuadro evoluciona y comienzan los síntomas de obstrucción de las vías aéreas inferiores: tos, fatiga, fiebre, rechazo a los alimentos y líquidos, silbidos en el pecho, respiraciones entrecortadas y rápidas (agitación), no debemos demorar la consulta con el pediatra para que el niño sea evaluado.
5. ¿Cómo se cura?
Como ya mencioné, en la mayoría de los niños, la bronquiolitis es una enfermedad autolimitada y que permite que el paciente sea tratado de forma ambulatoria en su domicilio, con controles y tratamiento indicados por el pediatra y cura en 1 o 2 semanas, aunque la tos puede persistir un poco más. Como medidas generales, además del tratamiento farmacológico que se necesite, es importante mantener una buena hidratación, no suspender la lactancia (si el niño se cansa, pueden fraccionarse las tomas pero sin suspender), posición semi-sentada para descansar y no fumar en la casa.
Para evitar que los virus ataquen, lo mejor es estar atento a las medidas de prevención.
– Como el contagio se da por tos, estornudos o incluso risas que dejan partículas en suspensión, hay que lavarse las manos con frecuencia (mejor el agua y el jabón que el alcohol en gel).
– Enseñar que se tose hacia el codo.
– Evitar que el humo de los cigarrillos llegue a los bebés y niños, así como las cenizas y otras sustancias que resultan corrosivas.
– Tener al día el calendario de vacunas.
Debemos consultar urgente en guardia si nuestro hijo:
– Está muy agitado o muy dormido.
– La fiebre es muy alta.
– Emite un quejido al respirar.
– Presenta color azul en los labios o las uñas espontáneamente o cuando tose.
– Realiza pausas respiratorias.
Agradecemos la colaboración de la doctora Verónica de Toro para esta nota. Podés consultarla en su IG: verodetoro_pediatra