Estamos frente a una situación extraordinaria, por un lado debemos mantenernos aislados y por otro nos vemos afectados con todo lo que significa una pandemia. Por eso, es lógico manifestar diferentes emociones frente a  la relación: COVID-19 y salud mental.

Hace  pocos días, en una rueda de prensa, el jefe de la Organización Mundial de Salud de Europa, Hans Kluge, reconoció el impacto emocional de la pandemia y el aislamiento.

Lo que nos pasa es excepcional. No estábamos preparados ni nos hubiéramos podido preparar jamás. La incertidumbre nos abruma y experimentamos, entre otras cosas, algunos de los siguientes estados:

Miedo a contagiarse, a sufrir, a perder a un ser querido, a no recibir atención médica adecuada o a quedarse sin insumos básicos.

Enojo por todo el sufrimiento que está enfrentando la humanidad; por estar encerrados y lejos de los que queremos, de nuestros trabajos y nuestros sueños.

Ansiedad provocada por la incertidumbre y por todo lo que imaginamos que podría pasar, que todavía no pasó, pero que existe como posibilidad.

Desesperanza por no poder imaginar un futuro alentador después de todo esto.

La pandemia nos duele a todos en mayor o menor medida. Pero lo que hace la diferencia es la actitud que tomemos frente a lo que está pasando. El dolor es inevitable pero la resistencia solo generará más dolor.

¿Qué podemos hacer para cuidar la salud mental?

Desde lo práctico y cotidiano, respetamos las horas de sueño (para tener un buen descanso) y mantengamos una alimentación balanceada. A su vez, tenemos que medir la cantidad y la calidad de la información que consumimos. De lo contrario, nos sentiremos abrumados ya que circulan muchos datos tóxicos. Tengamos en cuenta que si vemos u oímos algo varias veces tendemos a creer que es cierto aunque no lo sea.

Por otro lado, es posible que algunas personas que padecen cuadros psicopatológicos como la depresión o las adicciones, se vean especialmente afectadas con el aislamiento y hagan una recaída.

Es importante aceptar que hay cosas que no se pueden controlar, y que debemos actuar sobre aquello que sí está dentro de la esfera de influencia. Sin esta distinción nos sentimos impotentes. Por eso, es importante adoptar una actitud compasiva para empatizar y tratar de aliviar el sufrimiento propio y ajeno.

Tendremos que ejercitar la resiliencia para sobreponernos a los acontecimientos dolorosos, al agotamiento del encierro y a la superposición de roles. Intentemos volver a empezar apostando por lo importante.

Por último y fundamentalmente, apreciar lo valioso que sí está sucediendo o que sí podemos hacer que suceda a pesar del contexto. En ese sentido, hace unos días grabamos un mensaje de aliento para las familias de Latinoamérica con varios profesionales de la región. Te invitamos a que lo veas:

Sobre la autora

Lic. Guadalupe del Canto
Psicóloga perinatal y especialista en desafíos reproductivos

Es Psicóloga, terapeuta cognitiva y mamá de tres varones. El nacimiento prematuro de su segundo hijo la llevó a especializarse en perinatal y a acompañar a otras madres en situaciones similares.
Luego fue ampliando su foco para incluir los desafíos reproductivos, el impacto del diagnóstico genético y la preparación integral para la maternidad con el objetivo de acompañar a madres en diferentes situaciones.

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Autor

Psicóloga Perinatal y Especialista en Desafíos Reproductivos.

1 Comment

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    Evangelina Murillo Reply

    Hola como estan. Quiero comprar unos productos pero antes quiero asegurme que esten haciendo envios ya que soy de Gualeguaychu.
    Muchas gracias.

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