¿Te pasó alguna vez que tu hijo/a no quiera subir al auto o les moleste su butaca? Hay niños y niñas que suelen tener miedo, enojo o angustia al momento de viajar. Es un suceso muy común con los más peques, y para tu tranquilidad: ¡Tiene solución! 

Antes que nada, es importante saber que sus manifestaciones son a causa de encontrarse en un espacio reducido que los limita: ahí no pueden jugar como en casa, no pueden moverse de un lado al otro y hasta no pueden dormir como en su cuna.  

Además, la psicóloga Sofía Lewicki explica que los bebés van sentados a contramarcha y esto puede ser un factor estresante para ellos

¿Qué pasa cuando nos subimos al auto?

 ● Somos psicológicamente precavidos: Cuando el niño/a ya está fijo en su butaca y los adultos nos predisponemos a manejar, en el cerebro se nos activa la condición reptiliana capaz de prever situaciones de tensiones que puedan llegar a presentarse durante el viaje.  

Y por más de que intentemos manejar relajados/as, “​se da una sincronización entre los chicos y sus figuras de apego”, por lo que van a percibir esa tensión. 

 ● Mutismo: generalmente cuando nos concentramos en manejar, los niños y niñas intentan hablarlos, mostrarnos cosas que ven por la ventana o simplemente buscan nuestra atención y, como estamos en otra cosa, no los miramos. Esto hace que el trayecto sea poco divertido y que se aburran. 

● La falta de proximidad: la butaca del bebé está mirando hacia el lado contrario al de la mamá o papá que esté conduciendo. Esto puede entristecerlos porque se sienten lejos y sin posibilidad de contacto. 

 ● La temperatura: muchas veces abrigamos a los chicos/as como si no hubiera verano. Si bien tratamos de cuidarlos, lo cierto es que cuando el sol ingresa por la ventana el calorcito puede incomodarlos y volverlos inquietos, sobre todo si tienen hambre o sueño. 

¿Cómo mejorar el paseo? 

Para que no haya negativas ni momentos alarmantes, hay una serie de consejos que te van a ayudar al momento de salir de casa y que todo el plan ¡sea exitoso! 

 ● ¡Hablemos! Según Lewicki, es importante que antes de emprender el viaje, les contemos a los peques de qué se trata: “tenemos que ir a la casa de la tía”, “hay que ir al supermercado”, “vamos a ir al cumpleaños del abuelo”.  

Y después explicarles cómo: “Nos vamos a subir al auto e iremos todos sentados, cada uno en su lugar, con el cinturón de seguridad y podemos cantar la canción de…” 

 ● ¡Vamos juntos! Si notamos que les angustia viajar solos en la parte de atrás, podemos sentarnos junto a su butaca.  

En estos momentos, si surgen los llantos y gritos, tenemos que calmarlos y darles tranquilidad diciéndoles que vamos a estar ahí con ellos y que vamos a tener un paseo para ir a la plaza, al cine o la casa de algún familiar… ¡A hacerse de paciencia y respirar! Si nosotros nos alarmarnos, ellos también lo harán. 

 ● Técnica del muñeco: podemos proponerles que elijan un peluche para que se siente junto a él y ambos lleven el cinturón de seguridad.  

● Bolso de juguetes: antes de viajar, es una buena idea dejarles elegir juegos, muñecos y cosas que deseen llevar con ellos para que sientan que tienen todo lo que necesitan. 

Aunque quizás no usen ni la mitad de lo que lleven al paseo por más corto o largo que sea, lo importante es que estén tranquilos y con las cosas que les gustan para divertirse, pero… Tenemos que tratar de no darles todo junto. 

“El uso de todo lo que llevemos tiene que ser de menor atracción a mayor, ya que si le damos lo que más le entretiene y tenemos un viaje largo, ¡se nos acaban los recursos!”, recomienda la psicóloga. 

● ¡A cantar! Preparate una buena playlist con las canciones favoritas de tu hijo/a, para que se entretengan cantando. No te niegues a cantar con ellos, y ¡animate!  

“​Las mejores canciones son aquellas en las que hay que mover las manitos, los deditos, los pies y cualquier otra parte del cuerpo para que el movimiento surja de algún lado, incluso estando en movimiento en el auto”, aconseja Lewicki.  

 ● ¡Que falte todo menos el snack! Tene siempre a mano algo para comer, que sea rico, liviano y saludable como por ejemplo galletas de arroz, barrita de cereal, etc.

Tenemos que evitar los alimentos que puedan caerles pesado, porque el movimiento del auto que puede provocar molestias. 

 ● Creatividad sobre ruedas: mientras vamos viajando podemos contarles qué está pasando en el exterior. Señalar las casas, los colores, los animales, a dónde va esa señora, quién podría ser la niña que está con ella… Para esto es necesaria la creatividad.  ¿Te animás a ser un/a gran orador de historias improvisadas? Esto hará que el viaje sea mucho más ameno y que además lo disfrute a través de un cuento. 

● Viajar en auto pero en casa: una gran idea es la de bajar la butaca o el huevito y jugar a subirnos al auto y empezar a viajar pero ¡sin salir de casa!  

Podemos probar poniendo a peluche en su butaca y mostrarles cómo se tiene que sentar, cómo tiene que usar el cinturón de seguridad y dejar que ellos mismos sienten a sus muñecos y los hagan pasear.  

Si observamos cómo tratan a sus peluches, esto nos dará una orientación para saber cómo les gustaría que nosotros hagamos con ellos cuando llega el momento de salir”, explica la licenciada. 

● ¡A manejar juntos! Un juguete que nos puede ser de gran utilidad es el volante que se adhiere al vidrio del auto para que los peques puedan jugar a manejar como papá o mamá.  

Esta opción puede ayudarlos a no sentirse solos si en algún momento no llevan juguetes o viajan sin compañía en la parte de atrás. Además, “​puede resultar un buen recurso si, mientras viajamos, les pedimos que toquen bocina, que doblemos o que, ups, nos frenó el semáforo en rojo”, continúa Lewicki. 

 Ser bebé y viajar en butaca requiere de un proceso largo y trabajoso, pero todo tiene solución con nuestra contención y amor. Es importante acompañarlos: cargarse de recursos que les gustan, salir con tiempo y tranquilidad, y respetar sus momentos. Los peques no siempre pueden explicarnos todo, por eso tenemos que estar atentos/as y llevar la calma. 

Los bebés, niños y niñas no están diseñados para pasar largas horas sentados y con el cinturón de seguridad, por lo que si no les gusta es la manifestación de un imperativo biológico, y tenemos que respetar sus tiempos para que puedan procesar esta situación poco a poco”, agrega la psicóloga Lewicki.  

¿Qué te parecieron estos consejos? ¿Tenés algún otro? ¡Contanos! 

Fuente:  

Lic. Sofía Celeste Lewicki 

Licenciada en psicología. MN 66.710 

IG: @Soymamaypsicologa 

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