La causa de este trastorno del ritmo del habla es desconocida. Puede aparecer en todo tipo de personas sin que tenga relación con la inteligencia.
La tartamudez es una dificultad que interrumpe la fluidez normal del lenguaje. El niño repite involuntariamente sonidos, sílabas, palabras, partes de palabras o frases. Si bien hasta hace pocos años se indicaba que el niño corregiría solo esta dificultad, la investigación clínica y de laboratorio ha demostrado que el 80 % de los niños afectados revierte por completo su dificultad si se actúa antes de que finalice el desarrollo del lenguaje, es decir entre los 2 y los 6 años.
¿Cuándo se debe consultar a un fonoaudiólogo especializado en tartamudez? Los especialistas recomiendan hacerlo cuando en los “saltitos” que interrumpen la fluidez del lenguaje obligan al niño a:
- Hace fuerza para hablar
- Repetir un número infrecuente de veces
- Ponerse colorado al hablar
- Emitir una voz finita o disfónica
- Hacer algún movimiento o gesto acompañando lo que dice
- Mostrar evidente incomodidad.
¿Cuáles son las causas de la tartamudez?
Factores ambientales interactúan con genes causando esta dificultad. No hay categorías convencionales que logren etiquetar esta dificultad en orgánica, funcional, psicológica o neurológica.
Algunas faltas de fluidez normales son:
- Vacilaciones: “pues… pues eso es de papá”.
- Una o dos repeticiones de toda la palabra o la frase: “mamá, mamá ven” o “Para bañarme, para bañarme”.
Algunas faltas de fluidez anormales:
- Repeticiones de sonidos: “P…p…p…p…papá”.
- Repeticiones de sílabas: “Pa…pa…pa…pajarito”.
- Silencios tensos entre palabras.
¿Se puede curar?
Al no estar hablando de una patología, no usamos ese término. Se puede revertir o mejorar, siempre y cuando se intervenga cuanto antes empezando un tratamiento fonoaudiológico especializado. Lo que aconsejaban los pediatras era simplemente esperar, pero si se interviene antes de los 6 años de edad, el 80 % de los niños suele restablecer su función en el habla.
¿Qué mitos y creencias existen acerca de la tartamudez?
Suele decirse que las causas son nervios o algún factor emocional, sin embargo, estas son consecuencias que surgen a partir de convivir con la tartamudez, pero no la causa. Otro de los mitos es que afecta al intelecto, cuando de esta teoría no hay ninguna evidencia. Hay varias personalidades destacadas, tanto en el deporte como en el arte, que tienen tartamudez: Marilyn Monroe, Bruce Willis, Borges, más actuales el futbolista James Rodríguez o el cantante Ed Sheeran. Otro mito afirma que es contagiosa. La tartamudez es cíclica (momentos de mayor o menor fluidez) dinámica (varía según el contexto y/o actividad que se esté realizando) e involuntaria (la persona que tartamudea no elige cuando trabarse/bloquearse).
Ante un niño con disfluencia ¿cómo actuar?
- Hacer lo mismo que se hace al escuchar a un niño que habla fluido.
- Mantener la calma y escuchar lo que el niño tiene para decir.
- Interesarse en lo que está diciendo. Importa más el contenido que la forma.
- Si el niño está especialmente excitado o apurado, decirle “tengo tiempo y quiero escuchar lo que tenés para decir”. Esto no es lo mismo que decirle que tome aire o hable más lento.
- Si el niño pasa por un período en que aumenta la disfluencia, tratar de proveerle situaciones donde pueda vivir experiencias positivas del habla, por ejemplo, repetir al unísono, recitar una canción infantil, hablar rítmicamente, usar títeres, cantar.
- Evitar la intimidación y preguntas intimidatorias.
- Eludir discutir en presencia del niño aspectos de su habla. Si por el contrario él formula preguntas acerca de su dificultad, tratar de transmitirle que todos tenemos a veces inconvenientes para hablar.
- Esquivar el uso de la palabra tartamudez para describir el habla del niño ante él o con cualquiera. Utilizar palabras descriptivas como “saltitos” o “eso que no te resultó tan fácil”. Si el niño se refiere a la disfluencia con el nombre de tartamudez, dejarlo porque no sería natural que tratara de evitar la palabra.
- Repetir el contenido de la expresión que se oyó del niño. Esto demuestra que tiene interés en lo que dice.
- Ser cuidadoso de no presionarlo con el tiempo. No darle indicaciones de cómo hablar, que los adultos hablen más lentamente, esperar, no interrumpirlo reducirá la presión del tiempo.
- Utilizar cada oportunidad para estimularlo en todo lo que hace bien.
- Conversar del tema naturalmente. De este modo también se reduce la presión.
Fuentes: Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y Asociación Argentina de Tartamudez (AAT)