Pablo Miranda es odontólogo y escritor. Desde hace un tiempo estrenó un título que lo llena de alegría: abuelo. Esta es su experiencia. El abuelazgo arranca desde el instante mismo del anuncio. Personalmente me llegó a través de una foto, prolijamente puesta en un sobre y entregada como (inolvidable) regalo de cumpleaños: la ecografía mostraba a Manuel, paciente, flotando en ese paraíso ámbar y líquido dentro del vientre de mi hija Julieta. Vas a ser abuelo. Voy a ser abuelo. La frase, el título nobiliario, me sorprendió. Empecé a repasar todo lo que había sido en mi vida (hijo, sobrino, nieto, amigo, ahijado, padre, padrino, marido, ex marido) y nada se le parecía. Una feliz incertidumbre me invadió: todo lo nuevo puede ser intimidante; pero en este caso, se trataba de un sentimiento, ser abuelo. Ser. Yo soy, tú eres, él es. Inalterable. Una etiqueta que te cuelgan para siempre,…
Un dicho asegura que “a los hijos se los educa y a los nietos se los disfruta”. De ese lazo único y maravilloso que hace la vida más hermosa nos comparte su experiencia Liliana Manna. Liliana Manna es una reconocida productora de contenidos periodísticos. En 1997 recibió el premio Konex a la Producción artística audiovisual que sumó a los premios Broadcasting, Martín Fierro, Prensario y Sin anestesia. También le otorgaron Medallas de Oro, Plata y Bronce en distintas ediciones del New York Festivals y el Premio Iberoamericano Rey de España. Sin embargo, para ella su mejor medalla es la “abuelitud” que desde hace un tiempo transita y que comparte con nosotros. “Pasar de la “maternidad” a la “abuelidad” o “abuelitud” fue, para mí, un viaje de ida. Debuté como abuela el 23 de abril de 2015: nació Emilia, hija de mi hija menor, María Verónica, y de mi “hijo putativo”…
Se acabó la licencia por maternidad y muchas mamás deben volver a trabajar. Surge una pregunta que a veces angustia ¿quién cuida a los chicos? Después de los intensos momentos vividos durante embarazo y el nacimiento de nuestro bebé, inevitablemente llegará una decisión que, según como se la encare, puede resultar compleja: el momento de dejar a nuestro hijo al cuidado de otra persona. Décadas atrás era casi impensable que una mujer no fuera otra cosa que “ama de casa”. A la salida del Jardín solo se veían mamás que esperaban a sus hijos. Hoy son mayoría los abuelos y las niñeras que pasan a buscar a nietos y niños. Cuando una mujer que trabaja da a luz tiene -según los ámbitos laborales- entre cuarenta y cinco y noventa días de licencia, después llegan las dudas ¿Con quién dejo a mi bebé? ¿Qué será lo mejor: los abuelos, una persona…