A lo largo del tiempo la manera de percibir la paternidad fue cambiando. Hoy en día se empieza a considerar la salud mental paterna, pero todavía hay un largo camino por recorrer. Para comprender más sobre el tema la Lic. Guadalupe del Canto nos brinda información.

En las últimas décadas el rol del padre ha ido cambiando de manera vertiginosa en la sociedad. Pasó de ser sostén, ley y autoridad a presenciar el parto y estar involucrado activamente en la crianza de sus hijos.

La paternidad es una construcción. Se aprende a ser papá siendo hijo, y frente a la llegada de un bebé se reactivan esos modelos generando una oportunidad para elegir qué clase de papá querés ser. Posiblemente en la actualidad haya mucho por revisar pero también mucho por conservar. El autoconocimiento es la puerta de entrada para rediseñarnos.

Desafiando los mandatos sociales, los papás están hoy mucho más conectados con sus emociones. La responsabilidad y la necesidad de “asegurar” el bienestar manifestada desde lo económico, que se mezclan con la ilusión de convertirse en padres, conectar con el bebé en la panza o presenciar una ecografía.  

El cuidado de la Salud Mental Paterna

Durante mucho tiempo la salud mental paterna ha sido dejada de lado. Recién en los últimos años, se empezó a poner el foco en la investigación científica, aunque la mayoría las publicaciones parentales son en general escasas; están desarrolladas en torno a la salud mental materna.

De estas investigaciones, se estima que el alrededor del 10% de los padres sufren depresión o trastornos de ansiedad durante el embarazo, y en general no está diagnosticada. La depresión paterna tiene un fuerte impacto en el desarrollo del vínculo con su bebé.

En términos generales y por patrones culturales, los hombres tienen menos habilidades para gestionar las emociones. En este sentido, las alternaciones en el estado de ánimo como consecuencia de la paternidad, suelen manifestarse a través de la agresividad e impulsividad. También suele haber más somatización, por ejemplo el síndrome de couvade donde el futuro papá experimenta síntomas del embarazo propios de la mujer gestante, como náuseas, vómitos o dolor abdominal. También puede observarse un aumento de peso, antojos, rechazo al sabor de algunas comidas, náuseas y mareos.

Sin duda, hay un largo camino en el estudio, diagnóstico y tratamiento de la salud mental paterna, pero celebramos los avances porque este tema también importa.

Sobre la autora

Lic. Guadalupe del Canto
Psicóloga perinatal y especialista en desafíos reproductivos. Es Psicóloga, terapeuta cognitiva y mamá de tres varones. El nacimiento prematuro de su segundo hijo la llevó a especializarse en perinatal y a acompañar a otras madres en situaciones similares.
Luego fue ampliando su foco para incluir los desafíos reproductivos, el impacto del diagnóstico genético y la preparación integral para la maternidad con el objetivo de acompañar a madres en diferentes situaciones.

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Autor

Psicóloga Perinatal y Especialista en Desafíos Reproductivos.

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