En la etapa de llevarse todo a la boca los objetos de menor tamaño encierran un gran peligro para los chicos. Riesgos y cómo prevenir problemas
La edad más común de ingesta de objetos extraños en menores ocurre entre los 6 meses y los 3 años. En ese período los chicos, debido a su curiosidad y en su deseo de reconocer, se llevan los objetos a la boca y, en cualquier descuido, los tragan. Por eso, se debe tener especial cuidado con juguetes o con objetos que puedan provocar una asfixia si pasan a vía respiratoria o intoxicaciones o perforaciones si pasan a vía digestiva.
Las familias y los cuidadores desempeñan un rol importante en esta etapa: es preciso estar alertas y evitar que los chicos tengan a su alrededor cosas que se puedan ingerir. Sin embargo, no siempre es suficiente esta vigilancia, un pequeño descuido y puede haberse tragado algún objeto.
Además, en muchos casos podemos no estar totalmente seguros de si el pequeño se tragó o no el objeto. Por esto es importante saber qué hacer ante esta situación, ya que en cualquier momento se podría tragar un objeto potencialmente peligroso y, si no sabemos cómo actuar, esto podría tener consecuencias graves.
El miedo más común de los papás es que su hijo se trague un juguete, sin embargo, estos no son los únicos objetos que suelen tragarse. Los más comunes son:
- Monedas.
- Accesorios pequeños que traen los juguetes.
- Pilas, sobre todo las de ‘’botón’’.
- Imanes.
- Agujas o alfileres.
- Tornillos.
Al comer, también hay posibilidades de que ingiera algo peligroso, como las espinas de pescado, los huesos del pollo, semillas de frutas e incluso un trozo de algún alimento sin masticar (salchichas, embutidos, carne, entre otros). Aunque menos frecuentes, los objetos cortantes o puntiagudos pueden producir perforaciones peligrosas y muy graves.
Signos y síntomas
Si creemos o vimos que engullió algún elemento, lo primero que se debe hacer es observar su garganta para ver si sigue ahí y si se puede sacar fácilmente. En ningún caso se recomienda provocar el vómito. En el caso de no observar nada y ante la sospecha que tragó un objeto, se debe vigilar si aparecen estos signos y síntomas:
Si el objeto pasa a vías respiratorias:
- Tose o respira ruidosamente.
- Presenta asfixia o atragantamiento.
- Si el objeto pasa a vías digestivas:
- El niño se rehúsa a comer y beber o refiere dolor o dificultad al comer o beber
- Vomita con sangre o presenta sangrado rectal.
- Babeo constante, garganta irritada o congestión nasal.
- Dolor de pecho o abdominal.
Ante la sospecha de la ingesta de objetos extraños, habrá que acudir al servicio de urgencias más cercano sobre todo si son objetos peligrosos o si presenta algún síntoma de los comentados anteriormente. El especialista examinará su garganta, pecho y abdomen, y seguramente solicitará algún estudio complementario para realizar el diagnóstico:
- Radiografías: suele ser lo primero a solicitar para observar el cuello, pecho y abdomen. Hay que tener en cuenta que en la radiografía solo se verán ciertos objetos como las monedas y es posible que objetos de plástico no se observen.
- Laringoscopia: para examinar la parte posterior de la garganta.
- Fibrobroncoscopia: para examinar si se sospecha que se localiza en los bronquios.
- Tomografía computarizada (TC): no se suele pedir inicialmente, pero si no se observa el objeto en la radiografía pero se cree que está presente y sea necesario tratamiento se puede pedir un TC que identificará dichos objetos con más detalle.
- Endoscopia: si se deduce que está dentro del sistema digestivo se podrá usar la endoscopia tanto para la visualización del objeto como para su retirada si es necesario.
¿Cuál es el tratamiento?
Generalmente los objetos que los niños se tragan no son de riesgo. El tratamiento en muchas ocasiones será una actitud expectante, ya que el 80 % de los cuerpos extraños ingeridos son expulsados por las heces.
Según donde se encuentre alojado el objeto o dependiendo de qué tipo de objeto, el pediatra recomendará vigilancia activa (es decir, que los padres observen cada defecación de su hijo para verificar que el objeto se expulse de manera natural a través de las heces) o decidirá si es necesaria su extracción (dependiendo del lugar se realizará vía endoscopia o fibrobroncoscopia o vía quirúrgica).
La gravedad del objeto tragado dependerá de dónde queda localizado, la forma que tenga y la composición del material del cual está hecho. En caso de seguir una actitud expectante, ya que sea un objeto no peligroso y localizado en un lugar no peligroso, se debe:
1. Ayudar a su expulsión con una dieta rica en fibras y residuos.
2. Comprobar cada día si el cuerpo extraño es expulsado por las heces. Acudir al pediatra para revisión si en 2 semanas no lo ha expulsado.
3. Acudir al servicio de urgencias más cercano si aparece dolor abdominal intenso, dificultad o dolor al tragar o vómitos persistentes.
Si el objeto en vez de ir a vías digestivas pasa a vías respiratorias se puede producir un atragantamiento o asfixia y es necesario saber actuar en ese momento. Lo primero que se debe hacer es conservar la calma.
Si el pequeño tose, lo mejor es dejar que lo haga y animarlo a seguir. A veces una intervención inadecuada hace que se mueva el objeto extraño y sea más difícil de extraer. Hay que evitar golpearle la espalda, oprimirle el abdomen o darle algo de beber. Cuando el niño tose ineficazmente, lo adecuado es llamar a emergencias y, mientras tanto, hacer lo siguiente:
- Ponerlo de pie y hacer que incline la cabeza.
- Pasar un brazo por debajo de la axila del niño y sujetar el pecho con la mano.
- Con la otra mano, golpear la parte alta de la espalda del niño entre los omóplatos. Se debe utilizar la parte inferior de la palma y no dar más de cinco golpes.
En caso de que el niño no expulse el objeto atragantado, lo que sigue es realizar la maniobra de Heimlich hasta cinco veces seguidas. Esta se efectúa de la siguiente manera:
- Colocarse detrás del niño y rodearle la cintura con tus brazos.
- Cerrar una de las manos, en forma de puño, poniendo el nudillo del pulgar encima del ombligo, a nivel de la boca del estómago.
- Con la otra mano cubrir el puño y hacer una presión fuerte hacia dentro y hacia arriba.
- Si sigue consciente pero no lo ha expulsado, repetir en otras 5 ocasiones los golpes en la espalda seguidas de nuevo de la maniobra de Heimlich hasta en otras 5 ocasiones.
Si el niño está inconsciente y no respira, lo adecuado es comenzar con maniobras de RCP (reanimación cardiopulmonar). inicialmente hay que realizar 5 insuflaciones seguidas de la secuencia 15:2: 15 compresiones torácicas y 2 ventilaciones en la boca del niño, manteniendo tapada su nariz, o en boca-nariz si es un lactante. Esto, hasta que llegue la ayuda.
Recomendaciones para la prevención de ingestión accidental
A la hora de evitar que los niños ingieran objetos o se atraganten, se recomienda seguir una serie de recomendaciones:
- Mantener los objetos pequeños fuera del alcance del pequeño.
- Hay que evitar los juguetes que contengan piezas pequeñas en los menores de 5 años.
- Dejar fuera del alcance de los niños las pilas de botón y los objetos que las contienen, como mandos a distancia, maquinitas, etc. Vigilar las tapas de las baterías de estos objetos para que estén bien cerradas.
- Cortar los alimentos del niño en trozos pequeños. En caso de alimentos con espinas, revísalos muy bien antes de darles la comida.
- No dejar que coma frutos secos enteros ni caramelos hasta los 5 años.
- Es recomendable que los menores estén sentados mientras comen.
- Enseñarles a masticar bien y a no hablar, reír o jugar mientras comen.
- Guardar los medicamentos y objetos de riesgo en envases a prueba de niños con cierre de seguridad o localizados en estanterías donde no lleguen.
- Si se realizaron en casa trabajos de reparación contar los materiales antes y después de hacer la actividad, tales como clavos, tornillos, así como los líquidos que se usan para la limpieza.
- La cocina no es un lugar seguro para la capacidad investigadora de nuestros pequeños, nunca debes dejarlo sólo con o sin alimento en la boca.
Fuente: Pilar Infante, pediatra