Aunque parece un malestar de adultos, los chicos también lo sufren. Sus causas y cómo tratarlos.

Es uno de los síntomas más difíciles de describir. Cada uno lo vive de modo diferente. Para algunos es una sensación de aturdimiento o debilidad. Su causa principal suele deberse a una reducción del flujo sanguíneo al cerebro y sus causas pueden ser actividades cotidianas como: estar mucho tiempo de pie en el mismo lugar, pararse bruscamente, no estar bien hidratado, exposición prolongada al sol, ayuno prolongado, fiebre, cinetosis o mareo por movimiento. Cuando, además del aturdimiento, el niño se queja de que la habitación da vueltas a su alrededor, se denomina vértigo. Es muy poco frecuente en niños, y puede deberse a enfermedad del oído medio, intoxicaciones, enfermedades del sistema nervioso central, etc. Verónica de Toro, pediatra (MN 138175) nos orientó con estas respuestas.

¿Cuáles son los síntomas más comunes?

Pueden ser una sensación de mareo o aturdimiento, la sensación de falta de estabilidad con una ligera pérdida de equilibrio y la sensación de confusión mental, incapacidad para pensar claramente. También puede haber un breve episodio de visión borrosa

¿Es normal que un niño se maree?

Dado que no es habitual que un niño se maree, si esto sucede, habría que descubrir la causa subyacente. Por supuesto hay múltiples causas y síntomas de mareo y eso implica diferente urgencia al momento de la consulta.

¿Cuándo se debe consultar en la guardia?

Habrá que acercarse a la guardia si el mareo es intenso, presenta vértigo (no puede caminar, necesita apoyo para caminar). Si siente un fuerte dolor de oídos. Si está relacionado a una hemorragia y es seguido por un desmayo. También si el niño habla o se comporta de forma confusa. Si se sospecha intoxicación de cualquier tipo, se acompaña de dolor de cabeza muy fuerte. Cuando el niño siente que su corazón late de forma diferente, si se sospecha deshidratación y si el niño ha permanecido expuesto mucho tiempo al sol o calor y no desaparece el mareo luego de refrescarlo, entre otros.

Es importante recordar que no es necesario darle de beber agua, ni ponerle un caramelo en la boca ya que existe el riesgo que se lo trague, tampoco hacerle oler alcohol o perfume. Los mareos suelen ser benignos, de duración breve y con recuperación espontánea. Si el niño se recupera rápido y bien, la consulta médica no es de urgencia.

Agradecemos la colaboración de la doctora Verónica de Toro para esta nota. Podés consultarla en su IG: verodetoro_pediatra

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