Estas cicatrices son una de las preocupaciones de las mujeres embarazadas. Algunos cuidados para evitarlas.

Muchas mujeres las miran con orgullo porque les recuerdan un embarazo feliz, están las que las llaman con nombres poéticos como ‘la marca del tigre’, pero a otras cuando son muy visibles o marcadas les crean ciertos complejos. “Luego de mis dos embarazos, el abdomen me quedó lleno de estrías. No me gustaba verlas e incluso dejé de usar bikini, pero con el tiempo las acepté como parte de mi vida”, comparte Fernanda López, acompañante terapéutica y mama de Juan Ignacio y Salvador.

Las estrías aparecen en el embarazo por el estiramiento abdominal que se da conforme va creciendo el bebé. “Son cicatrices en la piel que se producen por una alteración en las fibras de colágeno y elastina que componen la capa media de la piel llamada dermis. Se reconocen dos tipos de estrías: las rojas y las blancas. Las primeras –striae rubrae– son la forma de inicio, se ven rojizas por un aumento de la vascularización y con el tiempo se van tornando blanco nacaradas –striae albae– porque además tienen atrofia, es decir, adelgazamiento de la epidermis (capa superior de la piel).”, señala la Dra. Johanna Furlan, cirujana estética (MN 122.975). La formación, tamaño y profundidad, depende mucho del organismo de cada mujer.

Las estrías son el resultado de esa rotura y consecuente cicatrización de las fibras del tejido conjuntivo de la piel, básicamente por un aumento brusco de peso. Aunque no se conoce la causa exacta de por qué algunas personas las desarrollan y otras no, la principal razón es el factor genético y una falta evidente de elasticidad en la piel.

Teniendo en cuenta que durante el embarazo es imposible evitar el aumento de peso y el estiramiento de la piel, es vital mantenerla muy bien hidratada, de tal forma que durante el proceso la piel sufra lo menos posible y evitemos (o aliviemos) los picores característicos de ese momento, ya que rascarnos puede hacer que aparezcan.

¿Cómo prevenir las estrías durante el embarazo?

Durante el embarazo, lo ideal es llevar una dieta equilibrada, rica en hojas verdes, carnes magras, frutas y vegetales de todos los colores y líquidos con medida. Saca de la lista el exceso de carbohidratos, azúcares, grasas saturadas y sales, que provocan el aumento de peso, retienen líquidos y hacen que la piel se estire todavía más, dejando estrías marcadas. Consumir antioxidantes y proteínas a diario, es infalible para que la piel no pierda resistencia en el embarazo. ¡Por supuesto, el agua siempre presente!

Mantenerse en movimiento durante estos 9 meses es indispensable para nuestra salud y la del bebé, siempre y cuando hagamos ejercicios relajantes y seguros para mujeres embarazadas. Con ellos, preparamos el cuerpo para el trabajo de parto, fortalecemos los músculos para que sostengan el peso del bebé, mejoramos la circulación y para prevenir la aparición de estrías.

El descanso es fundamental

“El buen descanso nocturno hace que la piel se recupere y regenere, evitando la pérdida de colágeno que acelera la aparición de estas cicatrices. De hecho, las organizaciones que regulan la salud indican que las embarazadas deben dormir de 8 a 10 horas al día y lo ideal es dormir de cúbito lateral izquierdo, para que la parte venosa irrigue normalmente. Otro buen recurso es utilizar medias de descanso, para evitar el edema de los miembros inferiores, para evitar las futuras varices, mejora a largo plazo las celulitis posteriores. Las fajas contenedoras para embarazadas que ayudan a que la piel esté contenida” comenta la doctora Furlan.

Hidratación de la piel

Por otra parte, ¿sabías que la sequedad y deshidratación en la piel promueve el nacimiento de estrías? Para impedirlo, toma los suficientes vasos de agua al día que tu cuerpo necesita, lleva una dieta rica en líquidos (con jugos, infusiones y más), evita bañarte con agua muy caliente, no uses productos corporales con alcohol o fragancias y olvida exponer la piel directamente al sol sin protección.

La importancia de humectar la piel

Si la piel está seca, está deshidratada. La Barrera Humectante Natural (BHN) de la piel es la capa más superficial de nuestra piel que actúa como barrera entre nuestro cuerpo y los factores externos. A pesar de ser muy fina, es extremadamente importante y tiene el rol clave de protección contra el frío, calor, microorganismos y la pérdida de agua para preservar la salud de la piel.

“Imaginemos a la barrera de la piel como una pared: compuesta por ladrillos y cemento; donde los ladrillos son las células ´muertas´ – a punto de desprenderse – y el cemento es una matriz lipídica (sustancias grasas) que mantienen a esos ladrillos unidos en su posición. Partiendo de esta base, afirma que toda esta estructura de células (ladrillos) y lípidos (cemento) perfectamente organizada e intacta logra una barrera íntegra, fuerte y flexible, condición necesaria para que la piel se vea hidratada y saludable y se sienta muy suave. Si la barrera está frágil, vulnerable, comprometida, el agua de las capas más profundas se evapora, desencadenando una pérdida transepidérmica de agua (TEWL), que provoca la piel deshidratada “, explica Leticia Fabbri, farmacéutica, gerente de Calidad y Desarrollo de la línea Midermus

La deshidratación se ve afectada por factores externos: calefacción, clima frío/seco, tratamientos agresivos, stress, descanso insuficiente y en tiempos de pandemia, con el lavado frecuente de manos y el uso de alcohol en gel. 

En la actualidad existen tratamientos que aunque no logran que las estrías desaparezcan totalmente, al menos mejoran su aspecto. Con las pieles oscuras es con las que hay que tener mayor cuidado en el caso de los tratamientos con láser. Quizá lo mejor sea no obsesionarse mucho con la estría. Al fin y al cabo, es una manifestación natural de la piel y  testigo de nuestra experiencia.

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