Imprescindibles para el transporte de los bebés, su origen se remonta al 1700 y desde entonces no pararon de evolucionar.

Desde los inicios de la humanidad, las personas buscaron distintas maneras de cargar y transportar a sus bebés. Existen pinturas del año 1400 a.C donde se ve a mujeres sosteniéndolos con unas bandas que parecen tejidas. En esculturas y pinturas, de la época de los romanos y el medioevo, se observa a bebés envueltos en tejidos que los sostienen a sus madres. En los pueblos originarios americanos se usaban mantos o cueros. En suma, en todas las culturas y épocas las madres se organizaron para cargar a su niño de una manera cómoda y práctica para ambos. El problema surgía cuando, al crecer, el peso de los bebés resultaba incómodo para cargar o cuando se trataba de realizar algún trayecto.

Fue en 1773 que el duque de Devonshire pidió alguna buena idea para llevar a sus hijos. William Kent, un famoso arquitecto, aceptó el reto. Tomó una enorme cesta de mimbre de las que se usaban para llevar alimentos, comprobó que tuviera espacio suficiente para que un bebé se pudiera sentar y le agregó ruedas. No lo empujaba una persona sino que la ideó para ser tirada por un poni o una cabra. Aunque muy rudimentario de este modo creaba el primer cochecito para bebés.

Tuvo que pasar casi un siglo para que el cochecito comenzara a popularizarse. El estadounidense Benjamín Potter Crandall, mejoró la idea original, incluyó un freno, la posibilidad de plegarlo, y ganchos para poder colgar las sombrillas y paraguas. Además introdujo una mejora fundamental: era un carro para ser empujado por persona. 

Crandall fue el primero en fabricarlo en serie. Por esa época en 1889, William Richardson presentó un carro permitía que el niño mirara al portador del carro además mejoró el sistema de ruedas. En ese momento eran un artículo caro y solo las familias más adineradas o de la realeza, como la reina Victoria, podían tener uno.

Los cochecitos de esa época estaban fabricados con madera o con mimbre y sus distintas piezas estaban unidas por latón. Eran verdaderas obras de arte muy ornamentadas y se les daba nombres pomposos de princesas o duquesas populares. También eran pesados e incómodos.

Poco a poco los cochecitos empezaron a hacerse populares. A comienzos del siglo XX comenzó la fabricación en serie. Se abarataron los costos, eran cada vez más seguros, con ruedas más grandes, con frenos y una estructura más resistente. Después de la Primera Guerra Mundial todo el mundo quería tener un cochecito para su bebe, tenerlo implicaba tener un buen estatus social.

En 1965 llegó otra gran mejora. Owen Mclaren inventó el carrito cubierto para que no se mojase el interior e introdujo el uso del aluminio para hacerlo más liviano. Además invento el llamado “cochecito paraguas”. El modelo tuvo un éxito inmediato y enorme. Las familia lo elegían por su facilidad de transporte, al ser plegable, y a la posibilidad de incorporar, en una misma estructura, silla y capazo.

A partir del año 1980 se empezó a transportar al bebé en la posición de sentado desde casi recién nacido. 

Desde comienzos del siglo XXI se empezaron a diseñar modelos adaptados y adaptables a todo tipo de vida o actividades de los padres. Se incorporó la bidireccionalidad para que la silla pueda cambiar la dirección del bebé en función de lo que precisen los papás. Las estructuras de aluminio logran que el cochecito sea ligero, liviano y resistente. Se mejoró el sistema de plegado para poder manipular el cochecito con una sola mano. Se incorporaron medidas de seguridad como cinturones y se idearon ruedas según el tipo de uso que se precise: grandes para cualquier terreno o rígidas para superficies lisas. Las ruedas además incluyen sistemas de suspensión y frenado lo que mejora el confort y la seguridad. También se incorporaron canastos portaobjetos para llevar lo que se necesita en cada salida.

En la actualidad existe un cochecito para la necesidad de cada familia. Cómodos, prácticos y funcionales son un aliado imprescindible y algo que nos garantiza que todo “marcha sobre ruedas”.

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