La Lic. Guadalupe del Canto, psicóloga perinatal y especialista en desafíos reproductivos, nos
explica sobre el Puerperio, el estado llamado Baby Blues y la depresión en embarazadas. Es importante conocer estos temas para poder identificarlos.
El puerperio es el período que inmediatamente sigue al parto y por definición: se extiende el tiempo necesario para que el cuerpo materno —incluyendo las hormonas y el aparato reproductor femenino— vuelvan a las condiciones pregestacionales. En términos médicos se habla de la cuarentena, de cuarenta días. Pero desde el punto de vista psicológico sabemos que es mucho mayor. Como mínimo, los primeros tres meses son muy demandantes para esa mamá. Pero además cabe preguntarse si es posible que el cuerpo de una mamá “vuelva a condiciones pregestacionales”.
Durante el embarazo, se producen cambios en el cerebro para preparar a esa mamá, para que pueda conectarse con su bebé, criarlo y desarrollarlo. Por eso, luego del parto, se produce un estado simbiótico entre ellos, casi como si fueran uno. Esto es muy importante para el desarrollo del bebé y para preparar a la madre de una gran demanda de parte de su hijo.
Para muchas mamás el nacimiento de un hijo es un acontecimiento sumamente feliz. Pero también es importante decir que no todo es color de rosa.
Pensemos en esto, durante nueve meses la mamá es el centro: va al obstetra; la gente le pregunta cómo se siente, le dice “que linda que estás”, “que grande tu panza, etc. Y de golpe, de un día para el otro, el centro pasa a ser el bebé: ella vive para él, va al pediatra y el foco está puesto en ese hijo. Su cuerpo no es su cuerpo, no es el de embarazada, no es el anterior, es uno nuevo. Ya no soy yo…ahora tengo que convertirme en madre.
Entonces, a la inmensa felicidad de tener un hijo, se le suma la tensión de correrse de una misma para ocuparse de otro. De dejar de ser el centro de las mirada; de dejar de lado sus proyectos y sus intereses para ocuparse de otro, y transformar su identidad para convertirse en madre.
Es un proceso lleno de emociones, por momentos vas a estar muy feliz pero también vas a sentir que estás sobrepasada, y eso es normal. Si hay algo que podríamos decir que caracteriza al puerperio es la ambigüedad.
Es muy importante que las mamás sepan que lo que les está pasando es normal. También es relevante que podamos empezar a hablar de estas cosas. De lo contrario, a todo esto que estamos contando le sumamos la culpa.
En el revuelo emocional característico del puerperio, hay un estado muy característico del postparto que se llama Baby Blues. Se trata de una forma leve de depresión post parto que experimentan la mayoría de las mamás (80%), y que suele comenzar entre el primer y tercer día después del nacimiento, alcanzando su máxima expresión entre el quinto y séptimo día. Coincidente con fluctuaciones hormonales del posparto. Y desaparece de manera espontánea a las dos semanas. Entre los síntomas más característicos podemos mencionar: labilidad emocional, insomnio, irritabilidad, cansancio, tendencia al llanto y ansiedad.
La depresión durante el embarazo o el post parto, es más seria y dura más tiempo. Técnicamente se prolonga durante cuatro semanas posteriores al parto, incluso puede comenzar hasta unos meses después del nacimiento. Entre los síntomas más característicos están el desinterés por el bebé o el embarazo, la desesperanza, la profunda tristeza, el llanto, los cambios en el apetito y en el sueño, además de la ausencia de interés y de placer en cosas que se solían disfrutar.
Aproximadamente una de cada cuatro mujeres padece depresión durante el embarazo o el posparto incluso aunque haya sido deseado.
En muchos casos no es diagnosticada, por la dificultad de hablar de estos temas en un momento de la vida en el que, desde la creencia popular, todo debería ser felicidad. Entonces se consideran “malas madres”. Pero además, el cuidado de la salud mental durante el embarazo y postparto no está incluido en los controles médicos de rutina. Por eso es importante que aprendas a detectarla.
Mientras que los Baby Blues están dentro de lo esperable y remiten solos, la depresión es un cuadro psicopatológico que requiere asistencia profesional por tu salud y la de tu bebé.
Unas guías* desarrolladas por el sistema salud de Inglaterra cuyas recomendaciones son seguidas a nivel mundial, nos facilitan dos preguntas que nos permiten sospechar la presencia de una depresión:
- Durante el último mes, ¿te has sentido anímicamente mal, deprimida o sin esperanza?
- Durante el último mes, ¿has tenido poco interés o placer en hacer las cosas?
Si la respuesta a las dos preguntas es afirmativa, te recomendamos que consultes con un psicólogo perinatal para poder hacer un diagnóstico preciso.
* Guías NICE: National Institute for Health and Care Excellence (NICE), es una organización independiente responsable de proveer orientación para la promoción de la salud, la prevención y el tratamiento de las enfermedades en el Sistema Nacional de Salud en Inglaterra. Antenatal and postnatal mental health: clinical management and service guidance (CG192), 2018
Sobre la autora
Lic. Guadalupe del Canto
Psicóloga perinatal y especialista en desafíos reproductivos. Es Psicóloga, terapeuta cognitiva y mamá de tres varones. El nacimiento prematuro de su segundo hijo la llevó a especializarse en perinatal y a acompañar a otras madres en situaciones similares.
Luego fue ampliando su foco para incluir los desafíos reproductivos, el impacto del diagnóstico genético y la preparación integral para la maternidad con el objetivo de acompañar a madres en diferentes situaciones.
Buenas! Me gustaría saber cómo lograr el desapego de un bebé cuando las madres comenzamos a trabajar. Tema incorporación de mamadera y el cuidado del bebé por otra persona. Es un tema que me preocupa.
Gracias
Gracias, Ivi por escribirnos. Es una inquietud muy frecuente, y más post cuarentena. Por eso decidimos hacer un posteo especial al respecto que estará disponible en las próximas semanas, para acompañarte a vos y a otras mamás que están en la misma situación. Mientras tanto, me parece muy importante que pensemos en el concepto de transición. El cambio debería ser lo más suave posible, ir intercalando algunas mamaderas para que se vaya acostumbrando y también entrar en contacto con la persona que lo va a cuidar para empezar a desarrollar el vínculo. No es que el bebé se “desapega” de su mamá, sino que encuentra otras figuras de apego. El vínculo entre uds. seguirá siendo especial.