Cuando los chicos empiezan a realizar sus primeros trazos se abre un nuevo mundo de creatividad y movimiento. Cuáles son las diferentes etapas del dibujo infantil y sus características.
Entre el año y el año y medio, los niños comienzan a dibujar sus primeros trazos de forma espontánea. Progresivamente, pasan de realizar garabatos a monigotes de grandes cabezas y llegan a realizar trazos más específicos representando figuras y objetos reconocibles.
Dibujar va más allá de ser una actividad placentera y de entretenimiento. Abre la posibilidad de desarrollar la creatividad. Los trazos, los colores, el espacio que ocupa el dibujo, las formas, entre otros, se transforman poco a poco en una intención comunicativa que reflejan la maduración de habilidades y capacidades cognitivas del niño.
Una buena manera de poder acompañar este periodo es conocer cuáles son las diferentes etapas del dibujo infantil y sus características.
Dibujo infantil de 2 a 4 años: La etapa del garabateo
En esta etapa el niño comienza a dibujar los primeros trazos. Sus movimientos son amplios y los trazos que realiza sobre el papel u otra superficie son huellas de sus movimientos. Por esto, es importante ofrecerle superficies amplias sobre las que pintar y proporcionarle diferentes medios como, por ejemplo, pintura de dedos.
Al comienzo, el niño crea trazos en diferentes direcciones. Posteriormente, estos trazos se irán afinando y comenzará a reconocer y nombrar las figuras dibujadas.
En esta etapa del garabateo se encuentran subetapas:
El garabato desordenado (1 año – año y medio): El niño dibuja por el puro placer del movimiento y de la marca que deja en el papel. No presta atención a sus trazos y no hay intención de representar formas, figuras u objetos. El contacto del niño con el lápiz y el papel va a ser exploratorio y condicionado por la maduración visomotora de esta etapa.
El garabato controlado (2 años): El niño comienza a darles forma a los garabatos. Los trazos ya no son líneas inconexas, sino que se empiezan a observar agrupamiento. En esta etapa también se comienza a experimentar con diferentes colores.
El garabateo comienza a tomar forma (2 años y medio): A esta edad en los dibujos infantiles se pueden ver círculos combinados con líneas. Las representaciones ya tienen algún parecido a objetos y a figuras humanas, sin llegar a un nivel de detalle como para identificarlas plenamente.
Garabatos con más detalles (3 a 4 años): Los trazos dejan de ser un simple movimiento kinésico. En esta etapa se convierten en imaginativos. Los dibujos ya tienen una intención de comunicar personajes, situaciones, emociones. En los trazos ya se pueden identificar los primeros objetos y se empiezan a perfilar los primeros esbozos de la figura humana en la que se destacan las piernas y la cabeza. Otros objetos que pueden aparecer son una casa, un auto, entre otros.
Los niños y los dibujos de 4 a 6 años: Etapa pre – esquemática
En esta etapa los niños comienzan a darle un significado a sus dibujos. Sus creaciones tienden a estar relacionadas con el mundo que los rodea. Dibujan la casa, el árbol, animales, personas, utilizando líneas y círculos. Experimentan con todos los colores, y comienzan a tener más prioridad los tonos más fuertes. De todas maneras, la elección del color depende del gusto o la casualidad.
En esta etapa se encuentran las siguientes subetapas:
Evoluciona la figura humana (4 años): El niño comienza a dibujar la figura humana más completa. Le incorpora el cuerpo y los brazos. Por lo general, la cabeza se representa muy grande, al igual que los ojos. En algunos casos, se suele incorporar el pelo. También aparecen objetos separados, juntos o flotando.
La figura humana se consolida (5 años): En sus dibujos ya se pueden apreciar figuras humanas identificables con cabeza, cuerpo, brazos y piernas. El rostro tiene ojos y boca. Si bien la presencia del pelo es habitual, no lo son la nariz y las orejas. En esta etapa aparece la diferenciación. Cuando el niño pinta varias figuras, a cada una de ellas la diferencia con el pelo, las hace más pequeñas o más grandes, con una sonrisa o diferentes expresiones en sus rostros. Estos detalles son importantes, ya que denotan cómo el niño interpreta su entorno.
¿Qué importancia tiene el dibujo infantil para la psicología?
El dibujo es muy usado en la terapia infantil. La evolución del dibujo ayuda a indagar si la edad del niño es acorde con los procesos de maduración y desarrollo. Un niño nunca va a dibujar igual que otro. Si bien entre los cinco y seis años el dibujo se consolida, cada niño dibuja a su forma y con su propia destreza.
Por otro lado, el dibujo también sirve como forma comunicativa. A través de las representaciones gráficas el niño refleja su mundo interno, sus emociones y sensaciones. Por ejemplo, si se le pide que dibuje su familia puede representar al papá más grande que la mamá, dibujar o no a alguno de sus hermanos.
Asimismo, se tiene en cuenta si para realizar el dibujo ocupa todo el espacio de la hoja, lo que se asocia con ganas de explorar el espacio y confianza; o si el dibujo se reduce a una zona concreta o los garabatos son pequeños. Esto puede denotar introversión o timidez.
Los dibujos pueden ser indicativos de varios factores como la personalidad del niño, su carácter, la relación con el entorno familiar y social. De todas maneras, es necesario destacar que cada niño es diferente. Algunos adquieren más rápido determinadas habilidades que otros. Por esto, no tiene por qué ser síntoma de algún tipo de retraso o menos capacidad futura cuando el niño no ha dibujado en la etapa evolutiva que le corresponde. Siempre es positivo motivar y acompañar a los niños en cualquier proceso de aprendizaje.
Fuente: Gabinete Psicodiagnosis y Psicólogos Córdoba