Muchas mujeres sienten el mandato social de asumir rutinas de cuidado de sus nietos y, a pesar del cariño, esto puede influir en la salud.
“Para los abuelos hay dos momentos de gloria: cuando te traen a los nietos y cuando se los llevan.” Con esta frase se podría resumir la alegría y el desafío que viven los abuelos al tener al cuidado a los hijos de sus hijos.
Ahora bien: ¿Qué pasa cuando esta tarea de cuidar se vuelve una carga para la salud? “Uno dice abuelas porque en general son tareas que asumen las mujeres. Tenés a la que cuida por elección y decide tener una tarde de nietos para disfrutar. Y de esa gente uno rescata una cosa de mucho disfrute, de esperar el momento, etc” , destaca la doctora Karin Kopitowski, jefa del Servicio de Medicina Familiar y Comunitaria del Hospital Italiano.
Una persona es abuela en un rango muy amplio de la vida. “Puede serlo a los ‘cincuenta’ o ser una abuela de ‘ochenta’. ¿Cuánto le da el físico, la energía y cuánta vida propia tiene esa abuela? ¿La abuela no tiene amigas, no quiere ir al gimnasio, a la peluquería o a dónde quiera? ¿Qué es eso de jubilarla de la vida?”, se pregunta la especialista
Entre los vínculos, las necesidades económicas y los mandatos sociales existe todo un abanico de situaciones que obligan en grado mayor a las abuelas a sostener el cuidado de sus nietos: “En el otro extremo, tenés a la abuela esclava -en general la materna- con quien no se acordó y quedó por defecto a cargo de la crianza.” Destacamos algunos ejemplos que se suelen ver en la consulta.
- Quiero ayudar, pero me agota. “Una madre quiere ayudar a su hija porque tienen que trabajar, progresar o para evitar que deba pagarle a una persona pero, al mismo tiempo, esto le marca la cancha, la deja sin posibilidades, la agota”, detalla Kopitowski.
- La situación económica no me deja margen. “A veces las abuelas se sienten como rehenes de una situación en la cual, no solo tienen que ayudar a los hijos para que puedan salir a trabajar sino que, al mismo tiempo, dependen económicamente de ellos.”.
- Cuido a mis padres, también a mis nietos. “En otras oportunidades, dependiendo de cómo te caen las edades, la abuela puede estar en la situación de cuidar nietos y también asumir el cuidado de sus padres. Todo un desafío.”
- ¿Para qué anotarlo al jardín si está mejor con la abuela? “Se asume que es así. Culturalmente hay una tendencia a pensar que es lo mejor sin ver las posibles contras de esto. Y muchas veces porque la madre de la criatura lo asume, ni se discute que la abuela tiene un mandato de cuidado.”
- Si ya cuidó a los nietos anteriores, ¿cómo no va a cuidar a este? “A veces llega el primer nieto y la abuela, por decir, tiene 60 años. Ya el segundo nieto, aunque no sea del mismo hijo, a los 64; pero el tercero llega cuando ella tiene casi 70 y uno espera haga lo mismo que hizo con el primero.”
Ante estas situaciones, la especialista señala que es necesario que la persona que cuida pueda expresar lo que siente. “Validarlo es el primer paso, ya que nadie lo dice directamente. A veces viene una paciente y te comenta que tiene muchos síntomas. Gente que siente dolores, insomnio. Uno empieza a indagar, te cuentan cómo son sus días cuidando nietos y cuando vos das lugar -lo mismo que con el cuidador de adulto mayor- ahí se sienten habilitados a contarte, sabiendo que no es algo incorrecto sentirse así. Otras veces lo saben y necesitan validarlo con el médico”, explica.
Dos ideas que pueden ayudar
>Abrir espacios para comentar el tema. Ya sea con amigas, conocidos, familiares o incluso con su médico de confianza si tiene ese espacio. Para reflexionar, pensar sobre el tema.
>Acordar previamente y reevaluar sobre la marcha. Cuando uno va a involucrar a un tercero en el cuidado de un bebé o un menor eso requiere de un acuerdo previo, explícito. Y reevaluarlo periódicamente, habilitar espacios para que la abuela diga si está cansada, cómo se siente, cómo lo viene llevando.
Aunque la literatura médica indagó en el tema, la bibliografía es contradictoria. “Hay estudios que muestran que las abuelas que cuidan nietos tienen peor salud. Y hay estudios que muestran lo contrario. Primero porque es una hipótesis difícil de comprobar, ¿a qué llamás cuidar nietos, por cuánto tiempo? Y entra todo este gran abanico que mencionamos.”
“Las abuelas que cuidan con acuerdo de horarios y sabiendo que si ese día no pueden ir no pasa nada -no se cae el mundo- probablemente lo vivan con una sensación de bienestar. Y es posible que la llamada “abuela esclava” lo viva como algo peor para su salud”, concluye.
Con empatía, con la capacidad de ponerse en el lugar del otro es importante cuidar al que cuida. Así se podrá lograr que las abuelas se sientan felices cuando los nietos llegan y se van, pero también cuando se quedan.
Fuente: Aprender Salud – Contenidos Educativos del Hospital Italiano de Bs. As.