Durante la gestación suelen llegar opiniones, consejos, mitos y todo tipo de planteos que, la mayoría de las veces, no cuentan con el aval científico.

Con la confirmación del embarazo, muchas veces la futura mamá comienza a escuchar una infinidad de consejos o “verdades” que personas de su entorno le dicen casi siempre con mucho cariño pero poco sustento científico. La mujer embarazada se siente entre confundida y asombrada por la información contradictoria que recibe o por consejos algo extraños como “no barrer”, “no cruzar las piernas” o “no tejer”. María Villarreal,  Licenciada en Obstetricia, (MN 8550) nos indica cinco mitos sobre el embarazo:

“Si tenés acidez es porque tu bebé es muy peludo”

No hay ninguna relación entre la existencia del cabello de un bebé con la presencia de acidez en la madre durante el embarazo. La acidez tiene que ver con procesos fisiológicos en el embarazo.

“Los embarazos de las primerizas se adelantan”

Es un mito. Todos los bebés tienen las mismas posibilidades de nacer entre la semana 37 y la 42 de gestación.

“Las contracciones uterinas siempre duelen”

Falso. A veces hay endurecimiento del músculo uterino sin dolor. Las contracciones no tienen por qué estar asociadas al dolor. La sensación de dolor depende de cada persona y de la fase del parto en la que se encuentra. Lo importante es su frecuencia y la duración.

“Si esperás una nena te ponés fea”

El sexo del bebé no influye en cómo luce la mamá. Otra creencia asegura que si el bebé en camino es un varón, la panza de la embarazada será más grande. La parte verídica es que los niños suelen pesar más que las niñas al nacer, pero no determina el cambio de la forma del vientre de la mujer embarazada.

“Si no cumplís con un antojo le sale manchas al bebé”

Alrededor de la mitad de las mujeres embarazadas suelen tener antojos durante el embarazo. Algunos especialistas lo atribuyen a carencias nutricionales como la falta de hierro o a cambios hormonales. 

Durante el embarazo, es habitual que se produzca un aumento de la sensibilidad olfativa o aparezcan náuseas o vómitos, lo que modifica la dieta habitual de la mujer, de forma que ingiere alimentos que antes del embarazo no le gustaban, lo que se confunde con los denominados antojos. En lo que sí existe consenso con respecto a los antojos es en que no se traducen en marcas en la piel del niño, como los lunares. No cumplir con un antojo de la mamá no traerá consecuencias en el bebé, pero cumplirlo no solo será un especial mimo, también una manera de expresarle que está acompañada en una etapa vital y maravillosa.

Es importante acudir a profesionales de la salud y a información científicamente validada para cuidar el embarazo y para sentir seguridad y tranquilidad. Todas las mujeres gestantes y sus familias merecen atravesar una experiencia de embarazo agradable.

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