Está comprobado que tener un gato o un perro en la familia mejora la calidad de vida de todos sus integrantes. En su día, te contamos por qué.

Se sabe que convivir con una mascota alivia el estrés, mejora la salud y estimula a los niños, entre otras ventajas. Por eso, pronto se convierten en un miembro más de la familia. Consultamos a Cecilia Cundon, veterinaria y docente en la cátedra de Microbiología de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA, que, en el Día del Animal nos explicó por qué los lazos entre humanos y animales son tan necesarios. 

Los beneficios de tener una mascota son innumerables. Tanto para los niños como para adultos. De hecho, actualmente los psicólogos y/o terapeutas recomiendan adoptar un perro o gato (o ambos) para tratamientos de trastornos de ansiedad. Es sabido que tener una mascota disminuye los niveles de estrés bajando la adrenalina (que es uno de los principales factores inmunosupresores en el organismo) y aumenta los niveles de endorfina (que estimula positivamente el sistema inmune) y serotonina (relacionado con la sensación de bienestar y felicidad). Pero en particular en los niños, considero que aporta muchos beneficios no solo desde lo físico sino también desde lo social. Cuando un niño se vincula con una mascota, aprende valores tales como el respeto y la empatía. La relación con los perros o los gatos ejerce como estabilizador de la conducta infantil, contribuye a fomentar la alegría y a eliminar la tristeza así como a disminuir los miedos que son normales en la infancia.

Es importante recordar dos conceptos: por un lado enseñar que las mascotas no son juguetes; son seres vivos con horarios de comida, de descanso, de recreación y tienen un espacio que debe ser respetado. Por otro lado, que cuando hablamos de seres vivos no hablamos de seres humanos. Son parte de la familia, eso es innegable, pero es crucial tener en cuenta que perros y gatos tienen conductas propias de la especie que deben ser respetadas e incluso estimuladas, por ejemplo los juegos de caza en el gato disminuyen los niveles de ansiedad y esto evita accidentes tales como mordeduras o arañazos. Si un niño puede comprender eso e incluso contribuir a ello, aprende sentido de responsabilidad frente a otra vida. Y esto es muy importante en los primeros estadíos de sociabilización temprana en los niños y hace más sencillo el desarrollo en la escuela con sus compañeros. Las mascotas aportan sensación de seguridad y refuerzan la autoestima. 

A nivel familia, a su vez, es importante dado que refuerza los vínculos cuando se comparte tiempo de calidad alrededor de la mascota y la división de tareas para su cuidado contribuye a la cohesión familiar.

A nivel físico, está comprobado que los niños que se crían con mascotas tienen menos riesgo de presentar asmas y alergias dado que se fortalece el sistema inmunitario por contacto con alérgenos a los cuales se enfrentan. Por otro lado, la necesidad de paseos que requieren los perros disminuye el sedentarismo, mejoran su destreza motora, la interacción verbal, aumentan la atención y la memoria.

Una muy buena amiga mía estando embarazada adoptó una cachorra. Muchos le dijeron que iba a tener mucho trabajo y ella sabía que así sería. Pero un día, le preguntaron si se arrepentía de haberlo hecho y ella respondió algo que logra sintetizar muchos de estos conceptos “cuando ´Frida´ está en la habitación, sé que mi hijo es más feliz”.

Sin embargo, también es importante evaluar la situación inversa; los beneficios de una mascota de pertenecer a una familia. Por un lado, siempre mi recomendación es la adopción por sobre la compra de mascotas. 

La mayoría de los perros y gatos de raza presentan enfermedades de características genéticas crónicas que tienen tratamiento pero no cura lo que hace que la calidad de vida de nuestros compañeros sea mala, y eso trae padecimiento físico y emocional para la mascota y la familia. 

En la mayoría de los casos, adoptar significa darle una segunda oportunidad a un animal que ha sufrido un proceso de abandono, y en ocasiones maltrato. Acogerlo en casa de por vida y darle la estabilidad, los cuidados y el cariño que necesita va a ayudarlo a que recupere su confianza y su autoestima. 

Los beneficios de la adopción, por un lado genera en los niños la sensación de cuidar a alguien más y brindar una posibilidad de una mejor vida para algún perro o gato. Y algo importante que quisiera remarcar, no siempre es necesario adoptar un cachorro. Muchos perros y gatos jóvenes están esperando adopción y pueden ser excelentes compañías dado que ya tiene un temperamento asentado y ya pasaron esa etapa de “destrucción” que tiene la mayoría de los cachorros. Por supuesto, una vez que ingresan a la familia es importante buscar un veterinario para su atención médica. Y eso puede ser visto como un beneficio para las mascotas en lo que refiere a su atención clínica y en los niños que aprenden que una vida requiere cuidados. 

Cada vez que adoptamos, es una mascota menos en un refugio o en la calle. Cada vez que adoptamos, es un gesto de amor que podemos transmitir a los niños con un efecto multiplicativo. Es una posibilidad de mejorar una vida. Es un contrato de responsabilidad a largo plazo cuyos beneficios vamos a recibir como gratitud con cada meneo de cola o ronroneo amoroso cuando más lo necesitemos en esta vida que muchas veces puede tornarse vertiginosa.

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