Para bebés y recién nacidos la leche es protagonista fundamental para su crecimiento y desarrollo, pero la mala absorción de la lactosa puede generar inconvenientes. Nadie duda de la importancia de una buena nutrición para que los bebés crezcan sanos. La leche ocupa un lugar imprescindible como alimento del recién nacido. Sin embargo, algunos niños dejan de tomarla porque después de hacerlo sienten fuertes dolores en la zona abdominal. Esos síntomas pueden ser parte de la llamada intolerancia a la lactosa, el azúcar natural de la leche. “La intolerancia a la lactosa sucede cuando el cuerpo no puede descomponer o digerir fácilmente la lactosa. La lactosa es un azúcar que se encuentra en la leche y los productos lácteos”, explica Constanza Dvorkin, licenciada en Nutrición (M.N 2994) y sigue “si un niño es intolerante a la lactosa, puede tener síntomas molestos después de comer o beber productos lácteos. Estos síntomas incluyen…
Diarrea, gases, dolor abdominal; síntomas que se ven, pero que también se adivinan, ya que el bebé no los puede expresar, si toma pecho, ¿será intolerante a la lactosa?; si consume leche maternizada, ¿tendrá alergia a la leche de vaca? Si bien no dejan de ser casos poco comunes, lo cierto es que las alergias alimentarias se presentan en 1 de cada 20 niños menores de un año. La más frecuente es la alergia a las proteínas de leche de vaca, con una prevalencia estimada de entre el 1,8 % y el 7,5 % en el primer año de vida. Ya cuando empiezan a comer, se suman otros alimentos proclives a generar alergias en la edad pediátrica, como huevo de gallina, trigo y soja. ¿Es lo mismo la intolerancia a la lactosa que la alergia a la leche de vaca? No. Estas condiciones – en general- se prestan a confusión,…