Es una situación habitual durante la gestación, en especial por la noche y en el tercer trimestre, que aunque no afecta a la salud, puede interferir en el día a día de la futura mamá.

La hiperhidrosis o sudoración excesiva durante el embarazo no suele ser una sensación muy agradable, pero es algo completamente normal, especialmente por la noche. Esto ocurre porque durante la gestación el cuerpo retiene una mayor cantidad de líquidos y deben ser eliminados de alguna manera.

También tiene que ver con el aumento del flujo sanguíneo, que provoca un aumento de la temperatura corporal, ante la cual el organismo reacciona “refrescándose”. Un dato sirve para comprobarlo: en el tercer trimestre de embarazo, por el cuerpo femenino circula casi un 40 por ciento más de sangre. Y falta un “contratiempo” más a causa de los cambios hormonales, el sudor suele tener un olor más intenso que se percibe con mayor facilidad. El exceso de sudores nocturnos tiende a reducirse en el transcurso de los nueve meses, pero puede aumentar cuando la fecha de parto se acerca, debido a otros cambios hormonales.

¿Cómo combatir el exceso de sudoración?

Es importante destacar que la sudoración no implica un problema de salud para la mujer embarazada ni representa un riesgo para el bébe en camino. Solo es una molestia muy molesta. 

Existen algunos trucos, que pueden ayudar a reducirla:

Hidratarse con frecuencia, con el fin de recuperar todos los líquidos que se perdieron y evitar el riesgo de deshidratación. Resulta recomendable llevar siempre una botellita de agua y tenerla a mano también por la noche.

Usar prendas confeccionadas con tejidos naturales, como el lino y el algodón, que favorecen que la piel transpire.

Ducharse con agua tibia cuantas veces se necesite para refrescarse y sentirse cómoda o recurrir a las toallitas húmedas.

Utilizar jabones y desodorantes no agresivos, los formulados con ingredientes naturales, neutralizan las bacterias responsables de los olores y deja una agradable sensación de frescor durante todo el día.

Controlar el peso corporal, pues un exceso de kilos puede provocar una mayor transpiración.

Asegurate de que tu habitación se encuentre aireada: abrí las ventanas y optá por sábanas y colchas más livianas.

Y no te preocupes en exceso, poco a poco tus niveles hormonales se vuelven a equilibrar y la hiperhidrosis pasa a ser un recuerdo.

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