La maternidad y la paternidad es una construcción, por eso es importante crear un vínculo sano con los hijos. En esta nota la Lic. Guadalupe del Canto nos brindas las claves para el desarrollo de niños seguros y confiados.

En los últimos años se vienen gestando un cambio de paradigmas en relación a la crianza. Cada vez más los padres tomamos conciencia de que los chicos tienen opinión, deseos y gustos propios, que pueden ser muchas veces distintos a los nuestros.

Se trata de salir un poco del modelo del autoritarismo de otras épocas basado en el adultocentrismo. No se trata de irse para el otro extremo y ser absolutamente permisivos practicando el niñocentrismo. Sino de encontrar un equilibrio basado en la calidad del vínculo, acompañando y potenciando a nuestros hijos para que se conviertan en su mejor versión.

La maternidad y la paternidad es una construcción, que se va desarrollando a lo largo del tiempo y en contacto con nuestros hijos. Una de las funciones principales es evitarles el strés tóxico, generar espacio de crianza para que puedan desarrollarse, libres de violencia y en ámbitos seguros.

Para crecer seguros y confiados, los niños necesitan tener una matriz de vínculos basada en la seguridad emocional y la confianza. Necesitan saber que estaremos cuando nos necesiten, que daremos una respuesta sensible y que sostendremos de manera consistente esa manera de ser y estar con ellos. Y así se va desarrollando en su cerebro la capacidad de empatía, que luego usarán con el mundo.

Los niños necesitan que estimulemos la capacidad de autonomía progresiva que implica entender que los bebés nacen siendo absolutamente dependientes pero a través del desarrollo van consiguiendo logros. Nuestra función como padres es ofrecerles desafíos progresivos a ser resueltos, adecuados a su edad y estadio del desarrollo. A partir de estos logros, los niños crecen y al mismo tiempo aprenden a confiar en sus propias capacidades.

Claves para el desarrollo de niños seguros y confiados:

1. Reconocer el valor de nuestros hijos por lo que son y no por lo que hacen.

2. Preparar y empoderar a nuestros hijos para el mundo que les toca vivir.

3. Desarrollar un vínculo afectuoso y cálido

4. Generar un contexto de crianza estructurado y enriquecido

5. Educar sin violencia

6. Generar espacios de diálogo abiertos y honestos

7. Demostrar el afecto abiertamente

8. Los límites son importantes.

9. Las amenazas, las penitencias y los golpes no son efectivos.

10. Para que los hijos estén bien, los padres tienen que estar bien.

La única manera de no repetir historias que nos hicieron daño, es sanando nuestras heridas.

Sobre la autora

Lic. Guadalupe del Canto
Psicóloga perinatal y especialista en desafíos reproductivos. Es Psicóloga, terapeuta cognitiva y mamá de tres varones. El nacimiento prematuro de su segundo hijo la llevó a especializarse en perinatal y a acompañar a otras madres en situaciones similares.
Luego fue ampliando su foco para incluir los desafíos reproductivos, el impacto del diagnóstico genético y la preparación integral para la maternidad con el objetivo de acompañar a madres en diferentes situaciones.

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Autor

Psicóloga Perinatal y Especialista en Desafíos Reproductivos.

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