Al salir a pasear es obligatorio ponerse el tapabocas, pero nuestro hijo al vernos llora sin consuelo. Los profesionales nos explican por qué y lo más importante, qué hacer.
Apenas se flexibilizó el aislamiento social, preventivo y obligatorio decretado para evitar la propagación del temible covid-19, Cynthia Ijelman, periodista y mamá de Oli de siete meses, se colocó el barbijo y tomó a su beba en brazos. Feliz por dar su primer paseo, lo que parecía un hermoso momento se transformó en otro tenso y desconcertante. “Oli comenzó a llorar muy angustiada. No me reconocía detrás del barbijo. Me tocaba la cara y trataba de sacármelo”.
Lo que vivió Cynthia no es una experiencia única. Muchos papás notaron que, al ponerse el tapabocas por primera vez, sus bebés estallaban en un llanto desconsolado. Lo que soñaban como un momento único se convirtió en otro lleno de preocupación e incertidumbre, muy lejos de lo que habían planeado. ¿Qué sucedió? María Julia Fava, psicoanalista y docente adscripta en la Universidad de Morón en la cátedra Psicología de la personalidad, nos invita a reflexionar: “Pensemos, por un momento, como para nosotros adultos, el barbijo instalado en estos tiempos de pandemia al principio nos producía una sensación extraña. Hasta hoy, si nos damos una rápida mirada unos a otros, nos dificulta reconocernos. Ahora, imaginemos esta misma situación para un bebé. En pleno proceso de construcción del mundo, de los otros y de el mismo desaparece parte del rostro, de la sonrisa que forma el todo que le asegura su bienestar, la continuidad de lo que garantiza la estabilidad de su existencia”.
Para entender un poco más, la angustia que le implica a ese bebé ver a los adultos detrás de un barbijo es que debemos recordar que es en los primeros dos años de vida que se arma el mundo del bebé y la noción de su “personita” separada de ese mundo.
“El sostén, la voz y el rostro de quienes le brindan los cuidados primordiales cobran con el tiempo una importancia única. Va reconociéndolos. Lo que al principio lo aliviaba, casi independientemente de quien lo alimentara, cambiara, acunara, deja de ser “solo así”. El reconocimiento de sus papás, hace que los demande y muestre su descontento frente a su ausencia. En el campo de la Psicologia es lo que se conoce como la angustia del octavo mes. Ese bebé sociable, que sonreía, iba de brazo en brazo, da muestras de angustia frente a los que empieza a reconocer como ‘extraños‘”, explica Fava. Y si justo en ese momento de reconocimiento del otro, ese otro aparece con un barbijo, no resulta extraño que estalle en un llanto inquieto.
En esa misma línea la Sociedad Argentina de Pediatría explica en su página oficial. “Una razón por la cual los niños pueden encontrar las máscaras desconcertantes es que la capacidad de reconocer y leer caras es mucho más débil en los niños pequeños de lo que será en la adolescencia. Los niños menores de 6 años tienden a prestar atención a las características individuales, en lugar de reconocer a la persona como un todo. Por ejemplo, prestan atención al tamaño de la nariz o la forma del ojo. Pueden tener problemas para reconocer incluso las caras conocidas cuando algunas de esas características no eran completamente visibles. Por lo tanto, los amigos y vecinos, vistos desde la distancia, que usan máscaras pueden parecer más desconocidos para los niños que para los adultos”.
La colocación de máscaras y de tapabocas elimina para los chicos y para los bebés parte de la información de la identidad, edad y emoción de las personas. Si los chicos ya hablan seguramente podrán expresar su desconcierto ante esta “nueva normalidad” que les resulta tan ajena, pero en el caso de los bebés su único modo de expresión será ese llanto desconsolado.
Ahora bien, ya sabemos por qué lloran al vernos con barbijo, pero ¿qué hacemos? “Instintivamente empecé a jugar con Oli poniéndome y sacándome el tapaboca y preguntándole ‘¿dónde está mamá? Acá está‘. Poco a poco no solo se fue calmando sino que pasó de llorar a reírse. Resultó aliviador”. Lo que Cynthia realizó de forma instintiva es lo que los profesionales aconsejan hacer. Ponerse y sacarse la máscara varias veces, para que el niño vea que todavía es ese adulto que lo cuida.
Es necesario no “apurarlo” en este reconocimiento. Darle tiempo para ver, observar y acostumbrarse a lo que es nuevo. Tampoco desesperarse por su congoja. Es normal que un bebé reaccione de esta forma ante algo que no espera o sale de su rutina. Si los adultos precisamos de tiempo para habituarnos a lo nuevo, los bebés y niños pequeños no son la excepción.
Con los chicos más grandes
Es importante explicar a los chicos mayores de dos años que las personas usan máscaras como una forma de ayudar a los demás. Será necesario recalcarles con palabras sencillas y a la vez tranquilizadoras, que lo usamos para cuidarnos, pero también para cuidar a los demás.
Para aligerar miedos o quitar pensamientos negativos una ayuda concreta y práctica será recurrir a máscaras más informales. Buscar una tela divertida, y dejar que ellos diseñen su tapaboca y el de sus padres.
Otra idea es poner y sacarnos los tapabocas en casa solo por diversión. Jugar a adivinar las expresiones faciales de los demás con solo los ojos mientras el barbijo está puesto.
También podría ayudar a los chicos que relacionen el tema con súper héroes. Explicarles que los médicos y las enfermeras son héroes que protegen y ayudan a otras personas, y las máscaras son parte de sus uniformes. Hacerles entender que también pueden ser superhéroes y proteger a otras personas de los gérmenes usando estas máscaras por un tiempo. Proponerle jugar a los médicos y que simule ser su doctor que lo atiende mientas lleva puesto el barbijo. Como adultos sabemos que al menos por un largo tiempo, el barbijo vino para quedarse. De nosotros depende que los chicos vivan esta normalidad con poco miedo y con la certeza que si nos cuidamos entro todos, todo estará bien.
Ayuda memoria Recordá que recién a partir de los 6 años los chicos están obligados a usar barbijo. Los menores de 2 años no deben usar tapaboca porque se lo intentarán sacar. Por otro lado, si les causan problemas para respirar no podrán quitárselo por sus propios medios con el peligro que eso implica.Después de los dos años, los padres son los que evaluarán si su hijo tiene la habilidad suficiente para colocárselo o sacárselo sin ayuda. Te contamos esto en: https://blog.carestino.com/category/crianza/

2 Comments
Buenas tardes. Mi hijo todavia no vumplio los 2 añitos y ya te obligan a que use tapabocas. Ejemplo al ingresar a un shopping. Que hago en este caso.
Entendemos tu preocupación. Sugerimos que les respondas que la Sociedad Argentina de Pediatria prohibe el uso de barbijos en menores de dos años, citando su página oficial: https://www.sap.org.ar/comunidad-novedad.php?codigo=234 El Ministerio de Salud de la Ciudad también determinó que el corte etario obligatorio del uso del barbijo se hizo en la franja de 6 años. Los mayores de dos años pueden llevarlo pero según criterio de sus padres