Si a los adultos nos cuesta esperar, a los chicos también. A partir de los dos o tres años podemos ayudarlos a dominar su impaciencia. “No sé lo que quiero pero lo quiero ya”, dice una canción de Sumo y como papás muchas veces sentimos que eso es lo que viven nuestros hijos. Recién comienzan a expresarse y a veces no podemos decodificar qué quieren y otras es imposible que ellos entiendan que deben esperar. Los niños pequeños no saben esperar y a veces esta situación nos desespera. Pueden armar un berrinche si no tienen ese juguete ahora mismo o si descubren que su cumpleaños no es mañana. Por eso, a partir de los dos o tres años, podemos ayudar a nuestros hijos a ir adquiriendo un poco de paciencia. María Laura Torres es maestra jardinera y nos da algunas estrategias. Noción de tiempo: Antes de iniciar el aprendizaje es…
Disponerse a ser mamá es crear un camino propio donde el parto es un momento y no una meta. Sobre este proceso nos ayuda a reflexionar la licenciada Diana Wechsler, referente en psicología perinatal. Podemos mirar el devenir humano, como dice el filósofo español Eugenio Trías, desde cuatro conjugaciones del ser; Lo que es – Lo que debe ser – Lo que quiere ser – Lo que puede ser.En este juego entre una realidad percibida, otra impuesta, otra deseada y otra potencial, se va desplegando la vida humana que intenta alguna ecuación que arma su matriz individual y le permite vivir con un sentido propio. Al trasladar esta mirada a la problemática de la maternidad, aparece la mujer embarazada parada entre algunas ideas generalizadas: una indica que como toda la humanidad nació de parto, no hace falta preparase para ello, lo cual desde un punto de vista es verdad. Otra dice que sí, que…