Convertirse en el hermano o la hermana mayor, dejar de ser el “rey” de la casa es un proceso que duele. Por ello, hay que preparar a los chicos con mucha paciencia y amor. Recibir la noticia de la llegada de un hermanito suele ser una situación que provoque un verdadero “terremoto” en la vida del hasta entonces rey o reina de la casa. Es que a ningún niño le gusta la idea de compartir a sus papás con otro. Si bien con el tiempo la mayoría de los hermanos logran convivir de manera armoniosa y estar contentos de tenerse el uno al otro asimilar el nacimiento de un nuevo hermano es un proceso complejo. “La llegada un nuevo hermano, desvía la mirada de los padres del otro u otros hijos. Constituye una gran oportunidad para que se produzca la imprescindible separación entre padres e hijos, esa que nos inicia…
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