El estrés afecta de manera significativa a la fertilidad. Por eso, durante los meses de descanso aumentan las posibilidades de lograr el embarazo. Iniciar o continuar el camino de los tratamientos de fertilización no es fácil. No solo implica una gran preparación mental y física, también conlleva una organización de horarios y rutinas que, en algunos casos, se ve obstaculizada por las diferentes obligaciones que se tienen durante el año. Por eso cuando llega el verano con su período de vacaciones muchas personas deciden que es un buen momento para realizar un tratamiento ya que está comprobado que tanto el estrés como la ansiedad pueden afectar los resultados de un procedimiento. Sobre fertilidad, verano y vacaciones opinó Sergio Pasqualini, médico ginecólogo especialista en fertilidad, director de Halitus Instituto Médico y presidente de Fundación Repro (MN 39914). En verano el estado mental se modifica por descenso en las obligaciones. La química…
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