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No todas las personas se sienten preparadas para presenciar la llegada del bebé. Algunas sugerencias para evitar conflictos. En épocas antiguas, el parto de la mujer transcurría de forma privada, en casa y rodeada de otras mujeres de su confianza. La situación actual, en la gran mayoría de las ocasiones, es diferente, porque la mayoría de las gestantes eligen que su bebé llegue al mundo en un entorno hospitalario. En casi todas las instituciones se permite que la pareja presencie el momento del parto. Sin embargo, puede pasar que alguna persona no se sienta preparada o con deseos de asistir a ese momento. ¿Qué sucede entonces? “A muchas mujeres, el parto puede darnos cierto respeto e incluso miedo si es la primera vez. No hemos vivido nada que se le pueda parecer ni lo hemos vivido como observadoras, por lo tanto despierta cierta inquietud. Que la futura mamá pueda sentirse acompañada por…

La semana Mundial del Parto Respetado se celebra desde el 2004 y es impulsada por la Asociación Francesa por el Parto Respetado y apoyada por UNICEF, OMS y otros, con el fin de visibilizar cómo se nace y cómo se pare alrededor del mundo. Es una buena oportunidad en la que vale la pena reflexionar y preguntarnos: Cada 60 segundos en nuestro país nace un bebé ¿Alguna vez nos preguntamos cómo lo hace? Julieta Saulo, psicóloga social, puericultora y doula nos comparte su experiencia Que me midan la panza, me pesen, ver ecografías inentendibles apretando los dientes implorando internamente para que todo “esté bien” y recibir el reto mensual de parte del obstetra que me habían recomendado por haber subido de peso más de lo esperado. Recuerdo que era un hombre serio y adusto con el semblante de los bustos de personajes históricos que se ubican en el medio de…

En un parto respetado la mamá y el recién nacido son los protagonistas y no solo parte de un procedimiento médico Casi todas las personas escuchamos alguna vez contar historias de mujeres que al momento de parir no se sintieron respetadas o sus deseos y temores no fueron escuchados. “Cuando tuve a Marcela, mi hija que hoy tiene 40 años, a mi esposo no le permitieron estar en la sala de parto. Como primeriza yo estaba muy muy asustada. Al desconocer el dolor del trabajo de parto en un momento me puse a llorar a los gritos y la partera solo me ordenaba seca y cortante ‘callate y pujá‘”, recuerda Lilia Fernández, jubilada. Su relato no es excepcional, hasta hace unos años, la mayoría de las mujeres parían acompañadas de un equipo médico y sin embargo, solas. Era impensado el acompañamiento de sus parejas. El trato irónico o descalificador era…