En el ámbito de la fertilidad ni todo lo que se dice es verdad ni todo es mentira. Ante la avalancha de información, algunas pistas para no confundirnos Las causas que ocasionan dificultades para lograr un embarazo son múltiples y, dependiendo de su origen, pueden dar lugar a la necesidad de un tratamiento. Cuando una pareja decide encararlo se encuentra con una gran cantidad de información donde muchas veces se mezcla lo riguroso con datos de poco sustento científico. Por eso, lo primero será recurrir a un profesional. “Como regla general, sugerimos recurrir a un especialista en el caso de parejas que lleven más de un año teniendo relaciones sexuales periódicas no protegidas y no hayan logrado la gestación, aunque hay otros cuadros singulares en los que conviene hacerlo de forma inmediata”, explicó a el especialista en medicina reproductiva Fernando Neuspiller. Entre las situaciones particulares el profesional detalló que algunos…
Al empezar un tratamiento para procrear son muchas las decisiones que se toman y los sentimientos que se afrontan. Contar con una ayuda terapéutica puede ayudar mucho. Cuando una pareja o una mujer encara un tratamiento de fertilidad comienzan un camino muchas veces complejo y arduo donde la emoción se mezcla con el miedo y la expectativa viene junto a la ansiedad. Los horarios cotidianos cambian seguir y cumplir los que los especialistas indican para punciones, estimulación hormonal y otros protocolos. Una vez que se hizo la transferencia, el camino no termina. Habrá que esperar la confirmación o no del embarazo por lo que se experimentan sentimientos intensos. “Hice tres tratamientos hasta lograr el embarazo. Siempre aconsejo hacerlos en un instituto que tenga un bar cercano. Es que la experiencia a veces era tan frustrante que con mi marido, al salir del médico sí o sí precisábamos ir a tomarnos…
María Paula Rodríguez sabía que deseaba ser mamá. Sin una persona con la cual cumplir el proyecto, se decidió por un donante anónimo. Y recibió una doble alegría. “Siempre tuve el deseo de ser mamá, el problema es que no tenía a la persona con la cual cumplir ese proyecto”, comienza su historia María Paula Rodríguez. Ella sabía que la maternidad no iba a llegar en el corto plazo, no sería una mamá “veinteañera” sino que lo sería un poco más grande. Siguió su vida, con un trabajo estable y que le gustaba. Tuvo una pareja que se rompió en buenos términos y a los 35 años sintió que algo “me faltaba en la vida y eso era la maternidad”. Sabía que su problema no era la fertilidad sino que no estaba en pareja. “Tenía en claro que deseaba tener un hijo con una pareja estable, pero que si no…